Reportaje | Cuando A Coruña era la ciudad de las 16 discotecas

Reportaje | Cuando A Coruña era la ciudad de las 16 discotecas
La pista de Pirámide permanece en el recuerdo de muchos

Si alguien sabe explotar a la perfección el poder de la nostalgia esos son los músicos y las generaciones de llamada mediana edad, compradoras compulsivas que de todo aquello que les monte en un Delorean hacia algún punto entre los 80 y los 90

 

WhatsApp Image 2023 11 24 at 23.29.43
Discoteca Pachá en A Coruña

 

Y justo ese billete fue el que portaban el pasado fin de semana David Summers, vocalista de los Hombres G, y los miles de asistentes a la celebración del 40 aniversario de la banda. El madrileño identificó la ciudad con Pachá y Ola Green, epicentros de una movida que se entendía entonces en clave de discoteca y que capitaliza buena parte de los recuerdos de una generación.

 

Carteles (6) 14095884
La cartelería, sin redes sociales, era el principal método de promoción


Hasta 16 macropistas de baile protagonizaban a comienzos de los 90 la noche coruñesa y un área metropolitana que se anexionaba a la ciudad como si el puente de A Pasaxe fuese uno más de los pasillos de aquellos espacios de humo, luces y mayormente pop. La alineación se la sabría de memoria cualquiera que conociese a la Bruja Avería o viera nacer las televisiones privadas: Brothers, Goldenfish, Chevalier, Oh Coruña, Eiffel, Ola Green, Chaston, Rigbaba, Pirámide, Fox, C'assely, Playa Club, La Cueva, La Granja/Punto 3, Los Porches o Pachá. El nacimiento de esta, un 4 de diciembre, bien podría ser marcar el patrón del ocio nocturno, por lo que significó y la huella que aún deja en el recuerdo de muchos de los que la disfrutaron.

 

Experiencia

Lo cierto es que la noche coruñesa ha cambiado tanto en la oferta como en el propio concepto de lo que es noche. La experiencia incluía a finales de los 80 desde el transporte a la kilométrica cola a las puertas de espacios como Pachá, donde vivió sus primeras juergas María Iglesias junto a su pandilla adolescente.

 

“Había que coger un taxi y la parada estaba llena, y para volver había buses, porque entonces As Xubias parecía lejísimos, aquello era un erial”, afirma. “Era una época de muchas tribus urbanas: o eras pijo, lo habitual en Pachá, o rocker o mod. Las diferencias estaban muy claras”.

 

DISCOTECA 04 13554342
Uno de los aniversarios de Pachá


Tampoco se olvida Iglesias en ese viaje de nostalgia de figuras propias de relatos de película americana, pero que convirtieron aquellas tarde-noches, para muchos, en las más especiales de sus vidas. “Todas las discotecas tenían sesión de tarde y había relaciones públicas, que eran los chavales más populares y que se llevaban comisión por atraer a según qué discotecas”, recuerda. “También tenías una tarjeta de fidelización que te permitía tener ciertos privilegios a la hora de entrar”, prosigue.

 

Relaciones

Relaciones públicas y Pachá van de la mano de Emilio Ron, ahora gerente de un extenso grupo hostelero, pero al que todavía le cambia el paso y el tono para recordar la que durante años fue la discoteca más grande de España. “Un trozo de Ibiza vino a A Coruña durante años y aquello era mucho más divertido: montamos fiestas de la espuma, la piscina exterior se llenaba de barcos e incluso tuvo una pista de karts después del concierto de Hombres G”, relata.


Navega por los recuerdos de lo que parece describir como una bacanal versallesca de la diversión sin barreras. “Fueron las fiestas más salvajes de la ciudad, una locura que empezaba a las 17.00 horas”, subraya.

 

DISCOTECA 03 13554126
La fiesta de la espuma era uno de los clásicos


Pero, ¿en qué momento y por qué se apagó el brillo de las discotecas? Según Ron, no tiene que ver solamente con la madurez de aquellos clientes, sino con los usos sociales y las nuevas formas de ocio. “La irrupción del pub le ha quitado espacio a la discoteca. Pirámide abría todos los días, pero desde las 19.00 a las 03.00 horas. Las discotecas antes juntaban lo que ahora es el afterwork y el pub, y a las 03.00 la mayoría se iba para casa”, dice. “La gente ha cambiado y el contacto con el público también. Ahora todo es más semejante y convencional”, finaliza.

 

Porteros

La labor de control de aquella gran juerga le correspondió a profesionales como Carlos Díaz Arcos, Charli, todavía uno de los controladores más reconocidos y reconocibles de la noche. “Cada tribu estaba en sus zonas y en sus locales, y cuando se mezclaban había fiesta ‘rachada”, bromea. “La gente iba por barrios y por modas, y hasta las peleas eran más auténticas”, añade.


Tampoco se ha apeado de la puerta desde su etapa en Pirámide Higinio Martínez, nostálgico de aquel tiempo. “Los horarios son distintos, pero antes se salía mucho más: ibas de vinos, de pubs y luego de discotecas, muchas sin DJ ni zona de baile. No existían afters o, los que había, eran poco recomendables”, sentencia.


Resisten en aquella alineación Chaston o el Playa Club, con Pirámide a intervalos y Pelícano como referente nacional de una nueva era. En el horizonte, el proyecto en marcha de una macrodiscoteca que podría superar los 5.600 metros cuadrados que llegó a ofrecer Pachá, pero seguro que, como en el caso de los remake de cine, los puristas jamás comprarán una versión que les saque del clásico de los 80. 
 

Reportaje | Cuando A Coruña era la ciudad de las 16 discotecas

Te puede interesar