Una agente de la Guardia Civil de Fene permanece ingresada en la UCI del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, tras pegarse un tiro ayer de madrugada. La herida –V.M.F.F.– sufre lesiones severas entre la zona pectoral y abdominal. Sus familiares informaron al cierre de esta edición que su estado seguía siendo crítico.
Los hechos ocurrieron sobre la una de la madrugada, en la casa cuartel de Pontedeume, donde la agente reside. Fuentes cercanas a la Guardia Civil confirmaron que V.M.F.F. empleó el arma reglamentaria para tal propósito.
Todavía no se conocen los motivos que llevaron a la agente a cometer este acto, pero las primeras hipótesis apuntan a que la mujer podría sufrir algún tipo de acoso en su puesto de trabajo por su condición sexual. Al menos así lo reflejan los dos mensajes que ella misma escribió en su muro de Facebook una hora antes del suceso. En un primer momento escribió: “Mi capitán, ha conseguido lo que quiere”. El siguiente mensaje, unos minutos después, decía así: “Que a los que nos gusta nuestro trabajo intenten hundirnos por su homofobia”. Ayer por la mañana, la hermana de la guardia civil herida usaba también la red social para interpelar al capitán de la Guardia Civil. “Espero que duerma usted con la conciencia tranquila, porque nosotros llevamos toda la noche sin dormir, mientras mi hermana se debate entre la vida y la muerte”, rezaba el mensaje.
trauma psicológico
V.M.F.F. fue una de las víctima en el intento de atentado que ETA perpetró en el 2008 en el cuartel de la Guardia Civil de Legutiano (Álava). Aunque la agente no se encontraba en las instalaciones cuando sucedieron los atentados, el Ministerio Fiscal terminó incluyéndola como perjudicada, aduciendo que había sufrido un cuadro clínico como consecuencia del trauma. En la resolución judicial del 2010 del Tibunal Supremo se explica que la agente fue dada de baja de su puesto de trabajo en junio de 2008 por un trastorno de adaptación y depresión reactiva y que recibió el alta 396 días después.
El auto alude, además, a que V.M.F.F. sufre una secuela psicológica que requiere tratamiento psiquiátrico y psicológico a largo plazo. La agente se encontraba actualmente de baja por otra enfermedad. A raíz de este suceso, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha vuelto a poner el foco en la eficacia de los protocolos del cuerpo. “Triste noticia. Anoche una compañera casi termina con su vida. Utilizó su arma. Otra vez ineficaz el protocolo de la Guardia Civil”, lamentaban ayer desde la asociación en su cuenta oficial de Twitter.
El cuerpo de la Guardia Civil duplicó en 2012 la tasa de suicidios respecto a la población civil, aunque en 1994 era siete veces mayor. A raíz de estos casos, la Dirección General implantó hace cuatro años un nuevo protocolo para detectar y prevenir conductas suicidas entre los agentes, un proyecto pionero en Europa. n