Las colmenas de la comarca de Soneira están sufriendo en los últimos dos años una alarmante merma y detrás parece estar ya como principal factor la presencia de la avispa asiática. La reducción de colmenas según los apicultores de la zona puede llegar a la mitad de los ejemplares, con colmenas que han sido arrasadas por completo en Camariñas, Vimianzo y Zas, lo que lleva también al abandono de la producción por apicultores cansados de gastar dinero sin apenas recibir provecho.
Una causa importante del descenso de la producción de miel radica también en los robos de colmenas. Pesticidas, cambio climático eran otros de los motivos esgrimidos por los apicultores, pero el impacto de la velutina parece ahora el principal factor, según las últimas comprobaciones.
Así lo indican desde el grupo ecologista PX de Ponte do Porto tras hacer este verano un seguimiento a tres colmenas de Vimianzo y dos de Camariñas, en colaboración con los apicultores locales. Las velutinas revolotean en torno a las colmenas y atrapan ejemplares de abeja causando unos daños diarios importantes. En una segunda fase, ejemplares de velutina se adentran en las colmenas. Por ello los apicultores de lugares como Carnés, Cereixo, Cambeda o Ponte do Porto están colocando estos días alrededor de las colmenas trampas domésticas para atrapar a las avispas.
Uno de los productores que ha sufrido grandes pérdidas este año es el propietario de la agro tienda Ferrín de Carnés, que además ha creado una peculiar trampa con un brebaje que atrae al depredador. Estos días está colocando en sus albarizas este remedio, pues esta convencido de que esa es la explicación a la alarmante disminución experimentada por su colonia de abejas.
La vespa velutina mata a las abejas de forma agresiva, mermando mucho las colmenas, lo que pone en peligro la polinización y la producción de miel y cera. Según los ecologistas un 80 % de su dieta alimentaria lo suponen las abejas, depredando de junio a diciembre.
Empiezan diezmando a las guardianas de la colmena antes de atacar a las crías de las abejas para alimentar sus larvas. Las avispas asiáticas permanecen en vuelo estacionario ante la entrada de la colmena a una distancia de unos 40 centímetros, luego intentan coger a las abejas que vuelven a entrar en la colmena cargadas de polen o néctar. En septiembre es cuando se dan los casos de intentos de entrar en las colmenas. Los apicultores recurren a trampas de selección física alrededor del colmenar para reducir la presión de la predación. La más frecuente es una botella de plástico cortada en dos con el embudo al revés y cebo en su interior, generalmente con cerveza negra, vino y jarabe de fruta o miel. La avispa entra pero no consigue salir. La destrucción de los nidos sigue siendo el método más eficaz para reducir las poblaciones, recomendando su eliminación al amanecer o al anochecer.