Un agente de la Guardia Civil tuvo que ser auxiliado por los servicios de emergencia después de que sufriera una indisposición mientras caminaba desde Sada hasta A Coruña con la intención de someterse a un examen médico. Al parecer, el agente, que actualmente se encuentra destinado en Oleiros, solicitó que se le proporcionaran los medios para trasladarse hasta allí, pero sus superiores se negaron a proporcionarle ningún tipo de dieta en consonancia con la política de recortes de Instituto Armado.

La víctima, que en un principio tenía pensado viajar en su vehículo y luego pasar la cuenta de gastos, decidió subirse a un bus, vestido con el uniforme y con el tricornio de gala, y alegar que estaba de servicio. El chófer le respondió que, en cualquier caso, tenía que abonar el billete

Hasta Iñás > Fue entonces cuando el agente, condecorado por su actuación en el País Vasco, tomó la decisión de emprender una marcha de protesta, a pesar de que todavía estaba de baja médica y de que hacía bastante calor. Sin embargo, no pudo ir hasta más allá de Iñás antes de sufrir una indisposición que le hizo solicitar asistencia médica en plena mediana de la carretera. En un principio, acudieron compañeros suyos de la Agrupación de Tráfico, pero después apareció una ambulancia del 061 que le trasladó a un centro sanitario. Poco después, el guardia civil recibía la baja médica y se encontraba de vuelta en su domicilio.

El agente enfermo, que ha sido sancionado por sus superiores en otras ocasiones, pertenece a la Unión de Guardias Civiles (UGC), asociación que ya ha denunciado los recortes en los recursos del Instituto Armado antes.