La Asociación Xóvenes do Pobo de Betanzos cumplirá cuarenta años el 10 de septiembre de este año. En estos cuatro decenios ha demostrado su capacidad como valedor de las Danzas Gremiales de Marineros y de Labradores. La de los marineros, de los mareantes y de los arcos, en cada día de fiesta, y la de los labradores, con menor frecuencia pero con la misma precisión y entrega, convencidos de que en los movimientos de sus pies y de sus manos reside parte de la historia de As Mariñas.
Así, uno de los propósitos de la asociación para este 40 Aniversario es asegurar la continuidad de ambas coreografías y, con esta idea, impartirán cursos para niños en los que les enseñarán los pasos de la Danza dos Labradores, en este momento menos conocida que la de Mareantes. “La edad mínima para participar es de siete años, y este sería el único requisito para asistir a als clases”, explica Antonio Pena, uno de los fundadores de Xóvenes do Pobo.
Las celebraciones se completarán con un libro, en proceso de elaboración, y no descartan poder organizar una exposición en El Matadero de A Ribeira.
Xóvenes do Pobo toma el relevo “dos nosos maiores”, los padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos de los actuales danzantes, y de los voluntarios de la OJE (Organización Juvenil Española) que entre 1966 y 1980 se entregaron con brío a la recuperación de las coreografías, los ritmos y la indumentaria históricos propios del siglo XVI.
Primero dinamizaron la del Gremio de Labradores, acogido a la Cofradía de San Antonio y sede en la iglesia de Santiago. Camisa blanca de lino, faja de color, calzón de paño negro o azul oscuro con botones dorados, medias blancas sujetas con ligas rojas y sombrero negro, flexible, guarnecido con una cinta también roja –triple y plisada, cubriendo toda la copa, la del jefe– de acuerdo con la documentación recogida en su día por José Raimundo Núñez-Varela y Lendoiro para la OJE.
“Las espadas y los pendones pudimos recuperarlos porque nos los entregó la familia que se encargó de guardarlos en tiempos de nuestros abuelos”, indicó Pena. Unos instrumentos que, con la memoria popular y las imágenes que aún se conservan, permiten completar con fidelidad el dibujo de la coreografía que ahora aprenderán las nuevas generaciones de la mano de Xóvenes do Pobo de Betanzos.
La Danza de los Marineros, célebre en todo el país por su vistosidad y orgullo de los betanceiros, está acogida a la Cofradía de San Miguel y tiene su sede Santa María do Azougue.