Lentes de contacto o gafas: ¿Qué es mejor para tu estilo de vida?

Lentes de contacto o gafas: ¿Qué es mejor para tu estilo de vida?

Cada vez más personas tienen la tentación de pasarse a las lentillas y dejar a un lado su anticuado modelo de gafas, pero les retiene la idea de pensar en que puedan tener problemas con las lentes de contacto por no saber en un principio cómo ponérselas o cómo cuidar bien de ellas.

 

Las lentillas son objeto de deseo
Usar lentillas es más sencillo de lo que parece y son una buena opción para ir alternando con las gafas. A pesar de que las gafas están de moda porque hay monturas que sientan muy bien, las lentes de contacto son la alternativa perfecta para las personas que no quieren utilizar gafas todo el tiempo, ya que las lentillas pasan desapercibidas. No obstante, las gafas siguen siendo imprescindibles puesto que las lentes de contacto se pueden usar durante un número de horas determinado que no deben exceder de ocho horas, pero por otro lado son mucho más prácticas por ejemplo para la práctica de deporte. De manera que lo ideal es combinar el uso de las lentes de contacto con el de las gafas.

 

El primer paso elemental para el uso de las lentillas es que siempre hay que lavarse las manos porque manipularlas con los dedos sucios es un riesgo. Y hay que hacerlo sencillamente con agua y jabón, evitando los desinfectantes para manos y secárselas con toallas que puedan dejar algún tipo de pelusa en las manos que se pueda pasar a las lentes de contacto. En el peor de los casos puede uno incluso provocarse una úlcera en la córnea por culpa de las bacterias.

 

Aprender a ponerse las lentillas
Las lentillas son 100% seguras pero conviene seguir unos parámetros que principalmente tienen que ver con unos hábitos de limpieza. Los otros elementos clave son la inserción y la retirada de las lentes de contacto. Hay que ponerse delante de un espejo y colocar la lente en la punta del dedo evitando las uñas porque podrían romperla. Conviene asegurarse de nuevo de que no hay nada en la superficie que se pueda trasladar al ojo. Si hay algo, vuelve a enjuagar la lentilla con la misma solución que se usa para su conservación y limpieza. No hay que utilizar nunca el agua del grifo.

 

Un detalle: a la hora de ponérselas, hay que asegurarse de que las lentillas no están del revés. Esto se puede comprobar doblándolas suavemente, si se percibe algo de resistencia es que la lentilla está del revés.

 

El principal problema que encuentran las personas que se ponen por primera vez lentillas es la impresión que les causa introducirse algo en el ojo, por lo que es muy importante respirar profundo y estar relajado.

 

Una vez que la lentilla se introduce en el ojo, ésta encaja de tal manera que es imperceptible para nadie darse cuenta de que se llevan puestas lentes de contacto. No obstante, para asegurarse se puede cerrar y abrir varias veces rápidamente el ojo para fijarla bien.

 

Es el momento de quitárselas
Para esta parte hay que volver a repetir la operación de lavarse las manos y secarlas con una toalla que no deje pelusas. Usando dos dedos se tira del párpado inferior hacia abajo y con el otro se mantiene muy abierto el superior. Con el dedo índice se desliza la lente de contacto hacia la parte exterior del ojo suavemente para no romperla, y saldrá fácilmente.

 

Al principio posiblemente cueste un tanto realizar esta operación pero con el tiempo cada vez será más fácil y rápido. Y cada persona va encontrando la manera que le resulta más cómoda para ponerlas y quitarlas.

 

Por otro lado, hay que cuidar de desinfectar los estuches en los que se guardan cada noche y cambiarlos periódicamente para garantizar una buena higiene ocular.

 

Respetar su vida útil
Por último pero no menos importante, hay que ser fiel a los tiempos de cada lente. Si se trata de lentes de contacto diarias, hay que tirarlas al final del día, sin caer en tentaciones. Se debe evitar usarlas más horas de las recomendadas porque llega un momento en el que los ojos no reciben la oxigenación que necesitan.

 

Cuando se quitan las lentes de contacto hay que sustituirlas por las gafas, que permiten un mayor descanso para los ojos aunque se puedan considerar menos estéticas. Para lograr no abusar de las lentillas conviene tener siempre unas gafas con la graduación actualizada, y con unas monturas que gusten para poder disfrutar también de ellas en el tiempo en el que no se llevan puestas las lentes de contacto. Ese es un detalle importante, porque si la montura es un tanto anticuada, posiblemente esto aumentará la tentación de usarlas menos.

 

 

Lentes de contacto o gafas: ¿Qué es mejor para tu estilo de vida?

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