“Si esta obra la llega a firmar un militar, se metería en un buen lío”

“Si esta obra la llega      a firmar un militar, se metería en un buen lío”
jesús maría reiriz, con un ejemplar de su última obra patricia g. fraga

Jesús María Reiriz (A Coruña, 1965) es autor, junto con José Manuel Fernández Caamaño, de la biografía “José Millán Astray. El coruñés que fundó la Legión española”. La figura de este militar aún genera mucha polémica a nivel local. Todavía pervive en el imaginario colectivo la retirada de su estatua, en la plaza que llevaba su nombre, hace ya dos años. De hecho, esta polémica fue la causa por la que el libro estuvo a punto de no ver la luz, porque la obra empezó como un encargo que se canceló. Solo por el empeño personal de Caamaño y Reiriz llegó a publicarse.

 

¿Qué motivó que siguieran adelante con el proyecto?

Fue más bien el desafío personal. Decidimos acabar lo que habíamos empezado.

 

¿Conocía la figura de Astray antes de escribir el libro?

Tenía las referencias de una cultura general. Después de estudiarlo vi que algunas ideas que tenía acerca de él eran ciertas y otras no. Su vida fue muy interesante. Se casó, pero su mujer había hecho voto de castidad y él lo respetó, lo que pocos consentirían. Y su infancia fue muy dura, porque su padre trabajaba en prisiones. Se crió en al calle y es natural que le atrajera el Ejército.

 

Algunos niegan que Astray fuera fascista ¿Usted que opina al respecto?

No cabe duda de que fue un insurrecto. En el momento en el que estalló la Guerra Civil, Astray se encontraba en Argentina y tuvo que hacer una elección. Hubo un antes y un después. Sin duda, influyó su amistad personal con Franco.

 

¿Entonces fue correcto retirar su estatua?

La Ley de Memoria Histórica hay que respetarla, pero la estatua se se levantó para conmemorar su faceta de fundador de la Legión, no de vencedor del bando franquista.

 

¿Su retirada fue un error?

No fue un error, es culpa de una “osteoporosis” mental. Astray quedó etiquetado como un golpista, pero también lo fue Porlier, en 1815, y somos capaces de mirarlo únicamente como una figura histórica.

 

¿Y a Astray no?

No, por eso hay que esforzarse por mirar atrás sin dejarnos controlar por las emociones. Si esta obra llega a firmarla un militar, se metería en un buen lío.

“Si esta obra la llega a firmar un militar, se metería en un buen lío”

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