Se cumple en el 2015 el 125 aniversario de uno de los mayores naufragios acontecidos en las costas de Galicia, el del “HMS Serpent”, buque-escuela torpedero de tercera clase de la Royal Navy, el cual encalla contra los bajos de la punta do Boi en las proximidades del cabo Vilano, a las 22.30 horas del lunes 10 de noviembre de 1890 en medio de un fuerte temporal.
Había partido del puerto de Plymouth a las 08.00 horas del sábado día 8, destinado a relevar al gemelo de su clase, el “HMS Archer” y prestar servicio en las bases navales de cabo de Buena Esperanza y en la costa Oeste africana, en las islas Madeira y Acra en Sierra Leona, dominios africanos. Al mando va el comandante Harry Leith Ross.
Los primeros instantes de la tragedia son muy confusos y el primer diario en dar información del suceso es “El Telegrama”, que lo hace el miércoles día 12, en cuyo número cuenta, de que en el cabo Finisterre había naufragado un barco de guerra inglés y que solo había tres supervivientes, al tiempo que el alcalde de Camariñas, daba cuenta del suceso al Gobernador civil.
Este accidente causa gran desolación en Londres y Plymouth, de cuya última ciudad eran originarios numerosos tripulantes, siendo informado el ministro de marina Sir Hamilton.
En un primer momento se barajan que los muertos ascendían entre los 200 y 270, pero la cifra real queda confirmada el día 15, de que abordo iban 175 tripulantes, siendo identificados como supervivientes Erwind Burtton, Frederick Gould y Frederick Costín.
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El “Serpent” desplazaba 1.770 toneladas, había sido botado en 1887 en los astilleros de Devonport, contaba con 68,58 metros de eslora, 10,97 de manga y 4,42 de calado, su velocidad punta era de 17,5 nudos, su autonomía de 7.000 millas náuticas a una marcha de 10 nudos y su potencia rondaba los 25.000hp, con propulsión de dos máquinas de vapor de doble expansión, cuatro calderas y dos hélices. Disponía de seis cañones de 151milímetros, ocho cañones de tres libras y cinco tubos lanzatorpedos.
Al día siguiente del naufragio aparecen los 24 primeros cadáveres en la superficie del mar y también se pueden observar los restos del buque. Parte de la proa del barco se conserva en una casa de Camariñas y también otra del mascarón de proa se haya en el Museo Naval Británico.
Ese mismo día 11, uno después de ocurrir la tragedia, zarpa otro buque de guerra inglés del mismo puerto anterior, el cual por efecto del temporal, arriba al de Vigo, donde el capitán recibe la triste noticia, poniendo rumbo a Camariñas, un oficial de esta dotación hará el trayecto por tierra hasta el lugar donde había encallado el “Serpent” y según sus propias palabras. “Atravesé, seis leguas por tierra el camino de Camariñas a cabo Vilano. En este país era preferible atravesar por mar aún con los peligros que se reconocen, que por tierra, de cuyos pésimos caminos es dificilísimo salir con vida”.
Tampoco era fácil traducir lo que los supervivientes decían, nadie les entendía, por lo que su conocimiento se demoró un día, no era posible saber ciertamente lo que había ocurrido, para el día 12 la información ya es más fluida y se tiene conciencia de la gran tragedia, al tiempo que en A Coruña, se reciben numerosos telegramas que proceden del Reino Unido en que solicitan datos de lo acontecido, respondiendo desde la capital gallega, que solo hay tres supervivientes y según los datos aportados por estos, el “Serpent”, navegaba con rumbo fijo a velocidad de media máquina, cuando encalla en los bajos do Boi.
El golpe fue tan aparatoso que los marineros rescatados que se hallaban en cubierta cayeron al mar y nadaron hacia la costa a merced de las olas, el barco se fue a pique al poco tiempo de partirse en dos, pese a los esfuerzos del capitán por salvar a la tripulación, los golpes de mar destrozaban todo lo que se echaba, cabos, botes etc.
Era la primera vez que se usaban chalecos salvavidas, con los que se salvaron los tres náufragos, aunque no había los suficientes para el resto de la tripulación, después de este trágico siniestro la Royal Navy, aprobó que todos los barcos llevasen chalecos salvavidas suficientes para toda la dotación.
El “Serpent” era un buque-escuela torpedero, que navegaba a vapor, para el día 17 arriba a Camariñas el buque de guerra “Lapwing”, al mando del comandante Tyne, al objeto habilitar un cementerio en el que dar sepultura a los náufragos, eligiendo como el más apropiado el situado entre la punta do Boi y la playa del cabo Trece, hasta dicho día habían aparecido en total 49 cadáveres. El mar poco a poco va devolviendo los cuerpos que son enterrados en aquel cementerio que se bautizó como el “Cementerio de los ingleses” en donde descansan los cuerpos de los 172 náufragos, que fue consagrado como Campo Santo el 23 del mismo mes.
El primero de diciembre, el Ayuntamiento de A Coruña aprueba un homenaje inglés a los náufragos del “Serpent”.