Cada año, la Policía Local impone docenas de sanciones a los locales de ocio nocturno. Entre las más comunes se hallan las relacionados con la vulneración del horario de cierre. Sin embargo, la mayor parte de estas sanciones no llegaban a tramitarse debido a que tenían que pasar por el área de Urbanismo, una de las más sobrecargadas de trabajo del Gobierno local, de manera que expiraba el plazo de un año y el efecto sancionador se perdía. Pero el Ayuntamiento ha solucionado el problema decidiendo que los trámites los realicen los mismos que llevan a cabo la sanción: los agentes. De esta manera, aunque no haya crecido el número de sanciones durante 2017, (se estima que fueron entorno a unas 40) sí que se espera que aumente de forma espectacular el dinero ingresado en las arcas municipales solo por las multas, que superará de largo los 120.000 euros.
Esta medida es otra más de algunas que se adoptaron a lo largo del año. En septiembre se aprobó ampliar el plazo de tramitación de las multas por contaminación acústica de tres a seis meses para evitar que caduquen muchas de ellas, como pasaba hasta ahora.
El Gobierno de la Marea Atlántica había tenido que soportar (como otros gobiernos municipales antes que él) duras críticas por parte de los vecinos que residen en calles donde existen abiertos locales de ocio nocturno, y que tienen que aguantar los ruidos y otras molestias generadas por la clientela. Cuando se modificó la ampliación de septiembre, el edil de Regeneración Urbana, Xiao Varela, señaló que el Ayuntamiento tiene la responsabilidad de buscar herramientas que hagan compatible el descanso vecinal con el “dereito de vivir a cidade plenamente”, y puso como ejemplo la regulación de terrazas en el centro, que “favorece o equilibrio” entre hostelería y ciudadanía.
Infracciones muy graves
Es precisamente ahora, a comienzos el año, cuando empiezan a tramitarse muchas multas que se impusieron a lo largo del año. La junta de gobierno aprobó el viernes la sanción remitida por la sección de disciplina urbanística de la Concejalía de Regeneración Urbana, por la que se impone a la sociedad gestora de Studio 54, Via Farini S.L., con 50.000 euros. El local de la calle del Socorro había acumulado varias infracciones a las ordenanzas y a la ley de emprendimiento (que también regula el horario). En dos ocasiones la Policía Local detectó alto exceso de aforo, lo que constituye una infracción muy grave.
Las multas e infracciones de la Policía Local y firmadas por el área de Regeneración Urbana llevaron al cierre de un local considerado conflictivo, el Paseo Marítimo por continuos excesos de ruidos. En septiembre ya se había conseguido clausurar el Inox, en la calle de Orillamar. Su aforo máximo está fijado en 50 personas y la Policía Local contabilizó en algunas ocasiones un 200% de más. Tras dos años de continuas infracciones, el Ayuntamiento decidió multarlo con 120.000 euros.
El Casino, en Torreiro, también fue multado con 100.000 euros, además de ser clausurado por nueve meses. Su aforo está limitado a 95 personas, que excedió en varias ocasiones. De esta manera, las multas se han convertido en uno de los trámites más ágiles del municipio.