En pleno proceso de elaboración del plan de movilidad sostenible, el Ayuntamiento estudia diferentes fórmulas para mejorar el servicio de transporte urbano. Una de las opciones que tienen sobre la mesa es la implantación de una tarifa de fidelización que permita a los usuarios pagar menos cuantos más viajes realicen.
El sistema es simple: los viajeros pagan la tarifa estándar hasta alcanzar un número de viajes al mes o a la semana, y a partir de ahí se produciría una rebaja en el precio del billete. De esta forma el Ayuntamiento pretende incentivar el uso de los autobuses urbanos, en una ciudad en la que cada año utilizan el transporte público miles de coruñeses.
La medida no es la única que está en la mente del gobierno local. El propio teniente de alcalde de Movilidad, Julio Flores, reconocía en una entrevista reciente que trabaja con la Compañía de Tranvías para establecer una tarifa plana que bonifique el uso del transporte público. En la actualidad, solo existen dos modalidades de pago: el billete íntegro, con un precio de 1,27 euros, o a través de la tarjeta Millennium. Con esta última, los beneficiarios del billete ordinario pagan menos, 82 céntimos.
Existen, además, bonificaciones para determinados colectivos. El bonobús social cuesta 33 céntimos a desempleados, jubilados y personas discapacitadas. Los escolares pagan también 33 céntimos y los universitarios 30 céntimos. Los transbordos son gratuitos para los usuarios del bonobús.
Por ahora, la tarjeta de fidelización es la que cuenta con un mayor apoyo, y que el gobierno local asegura que está tratando de impulsar a través de la concesionaria del servicio. El Ayuntamiento también pretende mejorar las conexiones con los polígonos industriales de A Grela y Pocomaco, a través de la creación de una especie de servicio lanzadera.