Aunque Juan Crujeiras lo niega, su socia confiesa que estaba nerviosa por el resultado de la guía Michelín. “Sí, porque es algo que ansías y cuando lo consigues lo estás deseando mantener”, declara Beatriz Sotelo, feliz de haberlo logrado un año más. La primera estrella de A Estación de Cambre data de 2010 y la mantienen a día de hoy gracias a un método: “Trabajo, trabajo, trabajo”. Sotelo señala que este establecimiento sigue siendo una “pequeña empresa” y funcionan como en una familia”. “Siempre estamos ahí”, afirma. De hecho, solo seis personas trabajan en el restaurante. La chef quiere agradecer su compromiso a los clientes: “Su fidelidad, porque son ellos los que realmente te apoyan a seguir de ese modo”. Respecto a sus planes de futuro, le llega con mantenerse porque nunca ha pensado en una segunda estrella. “Las cosas llegan cuando tienen que llegar, estar en el firmamento ya es bastante”.