Cuatro artistas vuelcan en el MAC una contrarreloj de solo tres días en Moscú

Cuatro artistas vuelcan en el MAC una contrarreloj de solo tres días en Moscú
el museo inauguró la muestra sobre la capital rusa patricia g. fraga

Los cuatro tomaron Moscú como un campo de experimentación. Durante tres días de agosto. Y en una ciudad soviética que imaginaban llena de espías. Sin embargo, la capital rusa les sorprendió a los cuatro. Hacía buen tiempo. Y si a Christian García Bello, Moscú le pareció demasiado grande, Federico Strate quedó agotado después de recorrerla. Igual que Jacobo Bugarín, que se fue al hotel a pensar.

La galería 9THE13 y Dánada Libertas les lanzaba un reto. Los cuatro tenían que buscar una acción artística relacionada con la videocreación justo allí. En un lugar desconocido por todos que se escapaba de la lineal Europa. Así es que Bugarín encontró la inspiración en una baldosa y en el lavabo de su habitación. En el distrito Arbat. Con estos dos elementos representó la suciedad y la política tan vinculada al país y al contrario que los turistas que parecen intentar masticarlo todo en una semana, Jacobo se mantuvo al margen.

Le dio vueltas a la idea de comunismo y se topó a la vuelta con la carta que escribió Nikolái Bujarin antes de ser fusilado. Fue entonces cuando se dio cuenta de que lo que importa es lo que se toca y que “tu madre te traiga empanada y que te quiera”.

Por su parte, Federico tituló su obra “Vladimir x 3 El Grande” porque de Vladímir Nabókov era el libro que llevaba en las manos cuando respiró Moscú, “Ada o el ardor”, y porque Vladimir es su segundo nombre y el primero de su personaje retratado. Un conocido al que le pidió ponerse delante de la cámara. Y sobre el que el artista descargó algo de su personalidad. O mucho. Al lado de edificios que son iconos y personajes anónimos con una estrella comunista en vez de cara.

Federico señala que el resultado se parece a un gran parque de atracciones con incógnitas. Mitad ficción, mitad diario de viajes y documental. En el caso de Marta Alsim, la creadora jugó con la idea del hombre en relación con su medio. De esta forma, conjugó símbolos de la época estalinista con animales enjaulados y se enfrentó a la domesticación.

El cuarto vértice del cuadrado, Christian García Bello, decidió perderse en Moscú. Y sin mirar el mapa, llegó hasta un estanque. Un pequeño remanso de paz. El artista descubrió más tarde que el sitio tenía historia porque donde hay uno, tenía que haber tres pero ninguno supo decirle nada sobre la existencia del resto de estanques.

Esta inquietud le llevó a crear la instalación junto a las imágenes acuosas. Donde está el paisaje y una referencia a los charcos para echarle a todo sal, capaz de conservar el tiempo. En el MAC. Que desde ayer acoge “Proyecto Moscow” como una forma de ver Moscú. Muy diferente a la que ofrecen las guías.

 

Cuatro artistas vuelcan en el MAC una contrarreloj de solo tres días en Moscú

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