Las estadísticas relativas a las descargas de pesca fresca en la Lonja en 2015 se mantuvieron estables con respecto a 2013, el año que se puede tomar como verdadera referencia para hacer la comparativa. Al finalizar 2014 los responsables de El Muro ya advirtieron de que los datos habían llegado a ser históricos por lo que sería complejo repetirlos. En todo caso los 39.650.200,19 kilos registrados invitan al optimismo pues a pesar de todos los problemas con los que ha tenido que lidiar el sector –tales como el paro del cerco– no han provocado un gran batacazo.
El año comenzó con bastante tranquilidad en alta mar para los buques que operan en El Muro pues el mal tiempo propio del invierno no está siendo demasiado malévolo como para obligar a los amarres continuados. La meteorología adversa tampoco fue excesiva en 2015 pero aún así los balances de pesca fresca se resintieron respecto a lo que había sido el año anterior.
En un año las cifras apuntadas en el muelle bajaron un 20% descontando casi 10.000 toneladas de las más variadas especies. El varapalo era el esperado dado que el anterior ejercicio se tildó en su día de histórico.
Por lo menos los expertos se congratulan de que las cifras siguiesen en la línea de las de 2013. En esta comparativa la bajada solo fue del 0,8%. Así, las embarcaciones pusieron a la venta en las subastas 39.650.200,19 kilos –menos de 300 por debajo– cuyo valor económico ascendió a 78.233.764 euros.
Otro de los puntos positivos fue que las capturas resultaron suficientes como para mantener a A Coruña como primera ciudad española en descargas de pescado fresco. Aunque ciertas estadísticas sitúan a Vigo en esa posición –cuyos números bajaron notablemente incluso con respecto a 2013–, es la Xunta la que establece el último listado restando de esa consideración la gran cantidad de producto de las bateas que se subasta en la lonja olívica.
Además, el sector coruñés no es del todo pesimista porque achaca en parte a las reducidas cuotas del cerco la caída de los registros. Los informes oficiales que maneja el Gobierno autonómico demuestran claramente que las especies con las que trabajan los barcos dedicados a este arte de pesca (sardina, caballa y jurel) fueron las que más se redujeron.
En tan solo un año la distribución de sardinas –de las que se llegó a solicitar de forma oficiosa un paro biológico– desde la Lonja cayó un 61%. En el caso del jurel la reducción fue del 53%, pasando de las 10.598 toneladas a las 5.000, y las descargas de xarda se precipitaron un 33% en solo doce meses.