Dicen que sus metáforas visuales se alían cada vez menos con el humor y la ironía. Pero el profesor de Universidad no clasifica sus ideas. Nunca lo hizo. Su trabajo se limita a vomitarlas sobre un escenario neutro. Sin dejar paso a la duda, sus imágenes no titubean y las ideas salen a desfilar solas sobre el formato papel. A través de objetos que no pensaron nunca en una segunda vida y de personas, que cada vez se asoman más al objetivo del autor.
Román Montesinos prepara una nueva bandeja de fotografías para la librería Arenas, que se podrán ver a partir del martes, alineadas para refrescar la mirada curiosa de conceptos fáciles de resolver. Como si se tratara de un juego, el amante de los libros podrá pasar a la recámara del local a hacer asociaciones en su cabeza. En composiciones limpias que son más limpias aún cuando prescinden del color. Pero eso, depende del día, explica el fotógrafo. Después pasa que la misma naturaleza de la obra pide una u otra cosa. Y no hay más que hablar cuando la foto es la que pide el turno de la palabra.
Serán 26 instantáneas sobre objetos y personas con mensaje
Román reunirá en “Cuando el diablo se aburre...” 26 instantáneas, las últimas que salen de su horno particular. Para introducir más si cabe a la persona. Ahora que necesita mimos. Y ponerle un mensaje en la boca. Es así como el artista es capaz de situar el “punto Omega” en la carretera que lleva a la playa de Sabón. Y tirar de la señora filosofía con Teilhard de Chardin para reclinarse ante el pensador y ofrecer una versión visual de su teoría de la evolución en un escaparate donde el factor tiempo siempre está presente. Él lo representa a través de un despertador que se pone para la foto en una balanza frente a las instantáneas familiares, que vienen a ser el resultado de toda una vida.
La exposición estará hasta finales de mes junto a los best seller y los libros de culto. Al lado de las ediciones de bolsillo, como una colección de historias que solo necesitan de un barrido para entenderlas. Y digerirlas.