Para la Fiscalía, aunque son tres las personas que en las próximas semanas tendrán que responder ante un jurado como implicadas en el apuñalamiento mortal del que fue víctima a principios de año un joven colombiano en la zona de A Cubela, una de ellas es la máxima responsable del crimen. Se trata de la única mujer encarcelada por el asesinato –al juicio está llamada otra procesada, aunque únicamente por encubrimiento– y es, según el escrito de la acusación pública, inductora y coautora de la muerte de Yonier Alejandro Arenas.

La víctima era su pareja y, a su vez, amante de su hija de 15 años, y el fiscal que ha participado en la instrucción de la causa penal concluye que fueron “los celos” de esta treintañera, también colombiana, los que la guiaron a elaborar un plan para darle un “escarmiento” al veinteañero con el que había mantenido desde 2009 una relación sentimental en la que incluso llegaron a convivir.

Para perpetrar ese plan homicida, cree el fiscal que la acusada se valió de su exmarido y del novio de su hija, los otros dos hombres que la acompañarán en el banquillo. Pero, a pesar de que el menor de los procesados se confesó a la jueza instructora como el autor de las dos puñaladas que recibió Arenas la noche del 11 de enero, no es para él, sino a la supuesta inductora, para quien se pide la pena más elevada: 20 años, por un delito de asesinato agravado por el hecho de haber mantenido con la víctima una relación análoga a la de matrimonio, mientras que para los otros dos acusados se piden, como coautores, 18 años.

por honor

Siguiendo el relato que propone el Ministerio Público, ella fue quien consiguió involucrar a su exmarido y al compañero sentimental de su hija –contra la que se sigue un procedimiento en el ámbito de menores por estos mismo hechos–, con el pretexto de defender el honor de la adolescente ante los supuestos abusos de los que había sido víctima por parte del fallecido.

Del estudio de los teléfonos de los implicados pudo saberse que la misma noche del crimen, la principal encausada contactó con su amante a través del móvil de su hija y haciéndose pasar por ella. Su intención, entiende el fiscal, era atraer a su víctima hasta su domicilio de Oleiros para poder darle muerte.

Al no lograr que el joven viajara hasta su domicilio, y sabiendo que vivía con otras personas en un piso cerca de A Cubela, la mujer volvió a contactar con él vía whatsapp y, volviendo a ponerse en la piel de su hija, lo citó en la estación de autobuses para recoger a la chica y que esta pasara la noche con él.

Poco antes de la medianoche, Yonier Arenas recibió el mensaje de que la menor había llegado y salió de casa para ir a buscarla. En el camino le esperaban, según la tesis del fiscal, los otros dos acusados y oculta en un garaje, la procesada; mientras el mayor de ellos lo abordaba e iniciaba una conversación con él, el otro le asestaba las puñaladas por las que moriría desangrado. n