El plan general recoge una veintena de bienes de interés por recuperar

El plan general recoge una veintena de bienes de interés por recuperar

El patrimonio histórico y cultural de A Coruña es mucho más rico y amplio de lo que muchos ciudadanos suponen. Al menos eso es lo que se desprende del catálogo elaborado por el equipo redactor del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que contempla más de cuarenta elementos de valor arqueológico y etnográfico diseminados por toda la ciudad, 17 de los cuales son bienes de interés cultural (BIC).

El catálogo está compuesto por 41 elementos de valor arqueológico y etnográfico, desde el Neolítico al siglo XX

El propio documento señala que el catálogo se ha confeccionado en función de las directrices de la Lei de Ordenación Urbanística de Galicia (Louga) para determinar aquellos bienes que “por sus valores culturales, o por su relación con el dominio público hayan de ser conservados o recuperados, con las medidas de protección que procedan”. El catálogo destaca elementos urbanos de interés como la Torre de Hércules, la Ciudad Vieja y el Camino Inglés, así como decenas de elementos patrimoniales (edificios modernistas, viviendas unifamiliares...).

 

un paseo por la historia

El listado también está compuesto por otros muchos bienes que no son tan célebres como los anteriormente mencionados, pero que tienen un valor histórico igual o mayor. Sin salir de A Coruña se puede realizar un exhaustivo recorrido por distintos períodos que van desde el Neolítico hasta mediados del siglo XX, pasando por la Edad Media. El catálogo se inicia con la mámoa del monte de Cambás (Urbanización Breogán) del que apenas se adivina la coraza. El pasado “castrexo” de la ciudad tiene su reflejo en los castros de Nostián, que data de la Edad de Hierro y del que se conservan las defensas exteriores, y el de Elviña, que está en mejor estado, pero donde siguen siendo necesarios los trabajos de recuperación.

En este pasado prerromano también se podrían ubicar los tres petroglifos que se hallaron en la ciudad, de datación indeterminada, pero clasificados como BIC. Los más conocidos son O Altar y Pena de Brúxula, ambos descubiertos en 1895 por Alfredo de la Iglesia en las inmediaciones de punta Herminia. La tercera piedra con grabados es el petroglifo de O Polvorín (hallado en 1897) que se conserva en el museo arqueológico del castillo de San Antón.

En la ciudad se pueden visitar dos castros, el de Nostián y el de Elviña

Las murallas también conforman una parte importante de la riqueza patrimonial de la ciudad, en su mayor parte perteneciente a los siglos XVII y XVIII. La más singular de todas, a juicio de muchos expertos, es la conocida como “Viaxe de Visma”, que no es otra cosa que un acueducto construido entre 1722 y 1726. Actualmente se conserva el tramo inicial en San Pedro de Visma y el de Paseo de los Puentes, aunque las obras de San Andrés sacaron a la luz en marzo lo que podría ser un nuevo trecho.

De que A Coruña fue una ciudad fuertemente fortificada dan buena cuenta los restos de murallas que todavía se conservan en diversos puntos, como las de O Parrote (en proceso de recuperación) o el frente de tierra de Pescadería que se levantó en el siglo XV como un simple muro entre el Orzán y el puerto, pero que sirvió como férrea defensa ante el ataque de las naves comandadas por Francis Drake en 1589.

El bien más antiguo del que se conservan restos es la mámoa del monte de Cambás

Con propósito defensivo también se construyó en 1640 el fuerte del marqués de Valparaíso, cuyas ruinas se pueden visitar en el parque de Eirís. El fortín, desde donde se controlaban las baterías de Oza y San Diego, fue desmantelado parcialmente para llevar las piedras a otras construcciones, como el baluarte de Puerta Real. n

 

El plan general recoge una veintena de bienes de interés por recuperar

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