La dirección del Hogar Sor Eusebia alertó ayer de que si el Ayuntamiento no resuelve pronto las incógnitas que pesan sobre el proyecto “Mi casita” (consistente en 20 módulos para sin techo) su realización podría demorarse el año. La lista se limita a tres puntos: los informes técnicos municipales, la cesión de la parcela y la concesión de la licencia de obra. El presidente del Hogar de Sor Eusebia, José Vicente Martínez Rico, afirmó ayer que viven en tensión.
“Tenemos mecenas para sufragar el gasto de la obra, pero son grandes empresas que tienen que incluir el donativo en el presupuesto anual. Si no lo hacen pronto, habrá que esperar al año que viene”, explicó Rico. En total, calculan que la construcción de los habitáculos en la parcela cedida por el Ayuntamiento costará 150.000 euros que saldrán en un 75% de aportaciones privadas.
En diciembre, el Ayuntamiento dio a escoger a los representantes del Hogar entre cinco parcelas (cuya localización se mantiene en secreto por expreso deseo del Gobierno local). “Escogimos una de esas cinco, pero nos dijeron que presentaba problemas urbanísticos, y que aún no era municipal, que dependía de una junta de compensación”, recuerda el presidente del Hogar Sor Eusebia, que aclaró que estaba seguro de la buena voluntad del Ayuntamiento: “El problema debe ser burocrático”. Pero, al mismo tiempo, reconoció que “estamos preocupados y ansiosos” por la falta de progresos en lo que va de año.
valorando opciones
El concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, que fue preguntado por esta cuestión ayer, no parecía mostrar la misma ansiedad que afecta a Rico. “Estamos valorando distintas opcións”, se limitó a señalar, sin entrar en detalle.
El proyecto “Mi casita” lleva ya un año de retraso. En un principio, en el Hogar Sor Eusebia pensaban ponerlo en marcha antes del invierno pasado “para que nadie tuviera que pasarlo en la calle”, pero el Ayuntamiento retrasó su aplicación porque la idea original era concentrar allí a los sintecho que se negaban a seguir las normas de cualquier institución social, y que vivieran sin ninguna supervisión, algo con lo que no estaba de acuerdo.
Tras una reunión con la Concejalía de Justicia Social en agosto, se acordó redactar un plan de seguimiento para los residentes de los módulos. La concejala del área, Silvia Cameán, no dio su visto bueno hasta noviembre.
En ese mismo mes fue cuando se presentaron las cinco opciones de parcelas y se decidió celebrar una reunión en enero para cerrar el asunto. Pero no llegó a convocarse.
“Los trámites burocráticos nos agobian después de un año de gestiones y reuniones”, señaló del director del centro, Diego Utrera, que celebró la presentación junto con Rico y con la profesora de Teoría de Arquitectura, Luz Paz, en la sede del Casino en la calle Real, donde presentaron su memoria. n