La calle de San Andrés ya no volverá a ser lo que era. En el aspecto estético es evidente, al menos en el tramo que une la confluencia con Pórtico y la desembocadura con Panaderas.
Pero el tráfico tampoco volverá a ser el mismo. Sobre la mesa de la concejalía del ramo, dirigida por Begoña Freire, hace días que descansa una serie de informes técnicos que recomiendan ciertas restricciones en aras a mejorar la seguridad vial de la zona. Antes de convertirse en una calle de plataforma única, sembrada de adoquín, el tramo final de San Andrés formaba parte de la primera vía prioritaria vigilada. Por ella circulaban varias líneas de bus urbano.
trabajo duro
Si bien es cierto que habrá cambios –incluso lo reconocía el alcalde de soslayo el pasado viernes en una intervención radiofónica– no menos verdad es que éstos se mantienen reservados hasta el último momento.
El Ayuntamiento anunciará el martes los cambios, unas horas antes de la reapertura de la calle
Salvo cambios de última hora, está previsto que Begoña Freire exponga el nuevo sistema el martes, justo en la víspera de la reapertura de la calle. La razón de tanto misterio es que durante estos días el departamento de movilidad trabaja duro para resolver la cuestión de la mejor forma posible.
Es probable que la reordenación de San Andrés elimine, o al menos limite, el paso de los buses urbanos –y en general, todos los vehículos pesados– por la calle, lo que dejaría el Paseo Marítimo como alternativa.
De ser así, y teniendo en cuenta que Marqués de Pontejos está experimentando una reforma muy parecida, tampoco sería de extrañar que Panaderas se convirtiese en una calle de sentido único, conservando el tráfico de bajada desde la plaza de España.
Falta también por saber si desde el primer momento se aplicará el proyecto de convertir el nuevo tramo en peatonal los fines de semana.