Hay efectos colaterales de la recesión, como la bajada del consumo, contra los que es difícil luchar pero otros parecen fácilmente subsanables. Los comerciantes del mercado de San Agustín creen que el Ayuntamiento ha sido el mejor aliado de la crisis a la hora de restarles clientes con los efectos colaterales de la reforma de San Andrés. Tanto la presidenta de la asociación de placeros, Ángela Barrán, como los propios clientes denuncian que la eliminación de la parada del autobús urbano en la calle de Panaderas les ha complicado una actividad tan cotidiana como hacer la compra diaria.
Los compradores se quejan de que cada vez tienen más complicado el uso del bus urbano
La escasez de dinero en las cuentas corrientes de muchos coruñeses lleva años cambiando los hábitos de consumo pero parece que la situación va a peor desde que comenzó la rehabilitación de San Andrés, y más aún tras su estreno el pasado mes de diciembre. Así lo aseguran algunos comerciantes del mercado de San Agustín, entre ellos su presidenta Ángela Barrán. La representante denuncia que la retirada de la parada del autobús en Panaderas en dirección a Monte Alto –pues en sentido hacia la plaza de Pontevedra conserva su antigua ubicación– ha restado clientes o provocado que “ahora la gente acuda menos”.
“Había personas que antes venían todos los días a la plaza y ahora se acercan una o dos veces por semana”, concreta, con la consiguiente disminución de gasto. El problema es que los consumidores que acceden a las instalaciones gracias al transporte público son, en su mayoría, gente mayor que no está conforme con caminar cargada de bolsas hasta cualquiera de las dos paradas más cercanas, una en San Andrés y otra pasada la plaza de España.
críticas de todo el mundo
Es hablar del cambio en las infraestructuras y las propias clientas se arremolinan para criticar tal decisión del gobierno local, que optó por mantener la retirada de ese punto tras reabrir San Andrés. “Me complica mucho las cosas, me hizo polvo”, explica una mujer, que se queda sin palabras para describir su enfado. La anciana reconoce estar desubicada sobre dónde debe esperar ahora para regresar a su casa en el barrio Monte Alto, al igual que le ocurre a otras vecinas.
“Es muy incómodo venir hasta aquí, lo han hecho fatal con la retirada del autobús de Panaderas”, corrobora Carmen Chacón, que se confiesa “indignadísima”. De hecho, la usuaria va más allá y lamenta que el autocar se desvíe por el Paseo Marítimo “porque a los ancianos les cuesta mucho bajar allí, sobre todo cuando hay viento y lluvia”.
De la misma opinión son otros usuarios de las líneas que circulaban por el lugar, aunque no sean consumidores frecuentes del mercado municipal.
“zona sin servicio”
Para Barrán, “han dejado la zona sin servicio” porque lo único fácil es la bajada –ya que se mantiene la parada junto al pub Dublín– y se ha finiquitado la costumbre que tenían algunas mujeres de hacer “el recorrido de las plazas desde Eusebio da Guarda hasta Monte Alto”, parando en San Agustín. Ahora lo más fácil es decidirse por la plaza de Lugo para hacer las compras de alimentación y regresar directamente a casa desde allí.
Ante tales circunstancias, hay quien lleva el conflicto por los servicios al terreno político y asegura sin rubor que “si el anterior alcalde era malo, este lo ha hecho bueno”.