La Consellería do Mar informaba ayer de un nuevo operativo especial en la ría de O Burgo, este especialmente grande ya que en el mismo se decomisaron hasta 75 kilos de almeja y se identificó a siete furtivos. La intervención se desarrolló en la madrugada del lunes al martes y en ella colaboró la Policía Autonómica y la Guardia Civil de Oleiros, como suele ser habitual en los operativos especiales que desarrolla la Xunta.
El marisco decomisado era almeja babosa y además, a las personas que estaban mariscado se le retiraron sus aparejos, en total 31 artilugios entre los que hay ocho planchas de poliexpán, seis angazos –raños–, tres trajes de neopreno, además de dos chaquetas y dos pantalones del mismo material. Los agentes también retiraron cuatro linternas frontales, dos arneses, un saco de red y tres capachos.
El pósito reclama que los operativos se repitan a diario para que sean eficaces
De este modo, la Consellería do Mar responde a las críticas que en los últimos días vertieron los mariscadores sobre la falta de vigilancia no solo de la ría si no también en la zona del percebe. De hecho, el patrón mayor, Manuel Cao, relaciona el operativo con la rueda de prensa que el colectivo convocó el viernes y en la que se anunció un ERE en la cofradía por la falta de ingresos.
discrepancias
Mientras que desde el departamento autonómico defienden que los operativos especiales puntales son más eficaces que el sistema anterior, los profesionales no lo consieran así. Cao apela a que las intervenciones de este tipo se tenían que ejecutar a diario para que tuvieran efecto. “Y no una vez cada tres meses”, denuncia el portavoz, que cree que mañana mismo los ilegales estarán de nuevo en los bancos.
El colectivo critica que cuando se alerta de la presencia de furtivos en los bancos no acude ninguna patrulla y los responsables incluso les argumentan que no hay suficiente personal. Si es así, el patrón mayor apela a que se aumenten las plazas de Gardacostas.
El otro punto conflictivo entre ambas partes está en la responsabilidad de los propios mariscadores de custodiar los bancos. Para la Consellería do Mar están obligados a velar por sus recursos y más cuando cuentan con una subvención para contratar a un vigilante privado. Desde el pósito en cambio, niegan que los mariscadores tengan que inspeccionar el entorno, aunque el colectivo de a pie lo sigue haciendo, y en lo que respecta al guardapescas, señalan que no es capaz de atender él solo a todas las áreas de marisqueo de la ciudad –hace años se otorgaba hasta cinco vigilantes, tres para la ría y dos para el percebe–.
En cualquier caso, la Xunta apela a la colaboración de los ciudadanos y recuerda que el “consumo de marisco extraído e comercializado de xeito ilegal pode supor un risco para a saúde ao non ter pasado ningún tipo de control que o avale”. En el caso concreto de O Burgo, estamos hablando de bancos contaminados por bacterias fecales que tienen que ser depurados. n