Desde el pasado noviembre, los agentes de la Agrupación de Tráfico están aleccionados sobre cómo actuar contra los conductores que se saltan los peajes. En un documento oficial, se les informa de las sanciones aplicables a los que se niegan a pagar la tasa por usar la autopista, pero la Unión de Guardias Civiles (UniónGC), la asociación profesional que agrupa a más agentes en Galicia, transmitió a los mandos su malestar. Días después, algunos guardias recibieron una notificación en la que se les recordaba que podían perder el plus de productividad si no ponían suficientes denuncias.
“Por el momento, no se nos ha llamado para que acudamos al peaje de la AP-9 y no deberíamos tener que ir, porque las autopistas son de uso particular”, apuntaron desde UniónGC. Todavía no se ha disipado en el Instituto Armado el malestar que generó la idea de conferir autoridad a los recaudadores de los peajes para que pudieran denunciar a los que se los saltaran.
La perspectiva de empleados de una empresa privada convertidos en agentes de la autoridad había desatado las protestas de los representantes de los Cuerpos de Seguridad del Estado: “¿Qué pasaría si ese señor es despedido? ¿Seguiría siendo agente de la autoridad?”. El problema que se encuentran los “peajistas” es que no pueden retener al conductor aunque no quiera pagar la tarifa. “En ese caso –señalan desde UniónGC– lo que se tiene que hacer es tomar el número de matricula e interponer una denuncia”.
trato de favor
En realidad UniónGC considera que los mandos otorgan un trato de favor a la empresa concesionaria de la autopista, prestando más atención a sus demandas que las del público en general de manea que “a veces nos sentimos como si fuéramos sus empleados, sobre todo en cuestiones de seguridad”. Por ejemplo, aseguran que reciben llamadas de la empresa concesionaria quejándose cuando la denuncian los propios usuarios por el mal estado del firme.
Desde el cuartel de Perillo niegan que esto sea cierto, y matizan que el documento que hicieron circular fue redactado por la Dirección General de Tráfico (DGT). Además, hacen notar que desde noviembre, el número de infracciones ha sido muy escaso en A Coruña, y apenas se han tenido que denunciar “a una o dos personas”, de manera que consideran que el movimiento de desobediencia está paralizado.