La primera vez que se operó un cáncer de pulmón con una única incisión en el tórax tuvo lugar en el Chuac. El éxito médico los colocaba hace cuatro años a la cabeza de una técnica, VATS, implantada sistemáticamente en el resto del mundo según se fueron viendo resultados. Lo que hizo el equipo de Diego González Rivas está considerado hoy en día una auténtica revolución quirúrgica. Algo así como lo que propició Steve Jobs y compañía al mundo de la tecnología con una potencia como China como fiel discípula: “En un año nos pasan en número, que no en complejidad. Lo que pasa es que ellos tienen un mayor volumen de enfermos”, aseguraba el médico.
la técnica de una única incisión evita separar las costillas y permite que el paciente se recupere más rápido, además de reducir el dolor tras la operación para diego gonzález, la videocirugía es el futuro porque el 96 o 98% de las intervenciones se pueden realizar así
El centro coruñés fue esta semana la cuna para muchos facultativos venidos de distintos países, que no dudaron en asomarse a la novedad en esta esquina del mapa. Para otros, el primer Simposium Internacional de Cirugía VATS resultó ser un curso intensivo donde pulir una forma de operar que ya han instaurado en sus quirófanos. Menos agresiva y que permite que el paciente se recupere más rápido. El coordinador de la actividad explicaba que el avance con denominación de origen coruñés no es más que el proceso evolutivo de la videocirugía para la que se instalan minicámaras de alta resolución que, en resumidas cuentas, permiten que el bisturí vaya al grano. Sin titubeos.
Así es que de unas primeras prácticas en las que realizaron operaciones con varias incisiones, pasaron a provocar una única herida de tan solo cuatro centímetros de longitud, que “evita separar las costillas” y rebaja el dolor postoperatorio. Incluso facilita que el enfermo reciba en menos tiempo tratamientos posteriores como la quimioterapia.
Con la ayuda de un cirujano estadounidense, la unidad comenzó a aplicar la técnica. Primero, con materiales tradicionales que le dieron pistas acerca de otros instrumentos aún por inventar que serían más efectivos. De esta forma, lo siguiente fue encargar a la marca norteamericana Scanlan un material específico para la cirugía, que solo se abre en la punta y donde el cirujano lo precisa. La firma bautizó los materiales como González Rivas y hoy el nombre del médico se pasea por todo el planeta. Cuatro años después del experimento, maestros y aprendices intercambiaban pareceres en unas jornadas donde la teoría se completó con la práctica en modelos animales: “Esto parece la ONU, hay participantes de Kazajistán, Rusia, Polonia, Arabia Saudí o Estados Unidos”, decía Diego González.
Y es que de aquella primera intervención a hoy, suman más de 850, de las que 340 son cirugías mayores. La mayoría, cánceres de pulmón. Porque la ciencia no entiende de puntos y aparte, el equipo del Chuac no descansa. Y piensa en la manera de mejorar la técnica: “Siempre se puede implantar una tecnología robótica, reducir todavía más la incisión o mejorar la instrumentación”.
Lo que tiene claro Diego González es que esto es solo el principio de la videocirugía, que se podrá realizar en la mayor parte de los casos: “El 96, 98% se pueden operarse así”. Es por eso que el centro de As Xubias será siempre un referente. De lo que ya se practica en más de 30 países y de lo que está por venir. Una vez que los dispositivos móviles y la medicina se han puesto de acuerdo para hacerlo todo más sencillo. n