Más de 10.000 extrabajadores gallegos de la marina mercante Noruega están llamados a concentrarse el próximo viernes a las puertas del consulado del país en A Coruña para demandar los derechos sociales que les corresponden tras pagar sus impuestos durante décadas allí. El objetivo de esta protesta es instar al Estado español a denunciar al Gobierno noruego por negarse a hacer frente a las pensiones que les corresponderían.
El portavoz de la asociación Long Hope –que agrupa a 12.000 antiguos trabajadores de la marina mercante noruega, 10.000 de ellos de origen gallego–, Alberto Paz, asegura que las compañías para las que trabajaban les impusieron la “residencia fiscal en Noruega”. Esta obligación hizo que entre 1948 y 1994 dejasen allí “520 millones de euros” en concepto de impuestos.
Paz denuncia que ahora, cuando les ha tocado tener una contrapartida por su contribución a las arcas estatales, se les “deniegan los derechos sociales”. Los operarios, entre los que también había muchas gallegas, demandan unas pensiones equiparables a las de sus compañeros de nacionalidad noruega o “la devolución de todo lo cobrado actualizado a este tiempo”.
Según dice, ahora reciben unas pequeñas pagas de “entre 400 y 500 euros” mientras que los empleados que ejercían su misma labor en la marina mercante llegan a ingresar hasta “3.000 euros” estando retirados.
Después de reunirse con diversos representantes políticos de los Gobiernos de España y Noruega instan a Ejecutivo central a mediar por sus intereses económicos. “Tenemos el caso ganado de antemano en el Tribunal de los Derechos Humanos pero necesitamos ese apoyo con el que el caso sería más sencillo”, señala.
Ante la parálisis frente a esta solicitud y a la espera de que el Congreso conteste a una pregunta presentada por Gaspar Llamazares del grupo de Izquierda Unida al respecto, Long Hope ha convocado para mañana una manifestación ante el edificio de la Xunta en Santiago. El viernes los afectados, entre los que hay una buena representación de coruñeses, se darán cita ante el consulado noruego de la ciudad, que está ubicado en la calle de Federico Tapia.