El molino situado en el parque de Santa Margarita sufre los efectos del abandono y de la falta de mantenimiento por parte del Gobierno local, lo que provoca que presente un aspecto que en nada se corresponde con su valor histórico.
La construcción es víctima de la desatención municipal y de los efectos del vandalismo, que provocan que uno de los elementos más característicos de esta zona verde haya perdido todo su esplendor.
La puerta de acceso, además de una apariencia descuidada sobre todo en su parte inferior, permanece bloqueada por una valla colocada verticalmente y que está acompañada por dos tiras de cinta pertenecientes a la Policía Local.
Mientras, el ventanal tiene sus seis fracciones reventadas por la acción de vándalos y que no han sido reparadas, acumulando meses en los que las aves pueden entrar sin ningún control. Además, en algunas zonas de su exterior, se pueden ver cómo las plantas poco a poco van conquistando espacio.
El molino fue restaurado hace solo nueve años, pero la falta de mantenimiento ha provocado que vuelva diez años atrás y afeando la imagen del que una vez fue el parque más grande de la ciudad.
Sin embargo, estos desperfectos en Santa Margarita no son los únicos y las pintadas copan la mayoría de elementos como bancos, vallas o carteles.