A Ricardo Martín le resultó imposible decir que no cuando al otro lado del teléfono algunos exalumnos que un día dirigió en el grupo Sardiña le pidieron volver a actuar. No solo se ofreció a ser su batuta sino que viendo la puesta en escena, vio la necesidad de completarla con un coro potente y llamó a sus pupilos de la casa de Castilla La Mancha y por él, el 7 a las 20.30 horas, el centro Ágora será teatro clásico, interpretado por jóvenes de veinte y pico años y aficionados de la Tercera Edad. En un regreso que será también Eurípides y “Andrómaca”: “No es el grupo Sardiña, aquí me liaron. Me llamaron deprimidos diciendo que llevaban tiempo sin actuar”. Así que actores jóvenes se juntan con veteranos para representar la pieza que Martín ve como una propuesta seria, que se podrá degustar gratis.
Y es que el don de Ricardo atrapa. Prueba está en que los mayores salen del Don Juan Tenorio de hace dos años en el teatro Colón. Al bajar el telón, “algunos me pidieron si hacíamos otra obra” y hoy están dándole forma a “El labrador de más aire”, de Miguel Hernández, que compaginan con “Andrómaca”: “Para los jubilados el teatro es impresionante el valor que tiene porque les aporta una compañía que en muchos casos no tienen”. Sustituye al bar y la televisión y les obliga a ejercitar la memoria.
Con los jóvenes, la escena funciona para que cojan “seguridad en sí mismos y trabajen en equipo” y los lazos que se crean son tan fuertes, “se pasan muchas horas juntos que a estas alturas, separado de la docencia, voy a bodas de alumnos de teatro”. Martín mantiene una relación estrecha con muchos con los que comparte recuerdos como el de un teatro de Mérida con 2.500 espectadores en las gradas.
Dice que ahora lo vive de otra forma. Siempre lo defiende porque es “un instrumento educativo muy importante”. Con música original de Miguel Arthur, coreografía de Grial Montes y las tablas de actrices como Paula Cadahía, Carmen Álvarez o Tania García, Ricardo Martín adapta la historia de la heroína de Homero, que pasearán también por la Sagrada Familia y esperan llevarla al certamen de la Diputación porque actuar es como comer. Todo es empezar.