Después de que colocar la urdimbre, que el esqueleto del tapiz, lo que no se ve, Xabier Rodríguez escoge una trama, que como en una película es la historia. En este caso, comprimida en un rectángulo. De su decisión depende que el espectador se vaya hasta un cuento de peces con dos señoras como actrices protagonistas en una escena de antes o se nutra de un ejército de mariscadoras con la espalda doblada recogiendo berberechos.
Por otra parte, Xabier puede prescindir de personas e irse a pescar detalles de su ciudad. De esta forma, hace fotos de los tesoros que guarda A Coruña y las pasa al ordenador. Lo siguiente, es arte. Parte de estas creaciones comparten hoy mesa con los comensales de A Taberna de Cunqueiro.
Allí, entre raciones de pulpo y empanada, los clientes degustan también el arte de trabajar con hilos. En formato pequeño o grande porque el tapiz también se adapta a los tiempos y propone piezas de menor extensión y con la misma fuerza. Sus composiciones parten de los 60 euros, junto a las grandes que varían dependiendo de las tonalidades. Del tiempo empleado y la dificultad de los dibujos.
Además, las obras de Xabier Rodríguez se pueden ver en el local de Portas Ártabras, en la Ciudad Vieja, agrupadas bajo el título “A Coruña en lá”, donde la ciudad sale de nuevo a escena a interpretar momentos por el Paseo Marítimo o la Torre.
Los tapices se completan en la exposición con todo un muestrario de joyas inspiradas en petroglifos y fabricadas por su mujer Fina Sedes, que utiliza la técnica de Micro Macrame para hacerlas. Las creaciones se componen de nudos y piedras vistosas de bisutería en un espacio entregado a la manufactura porque junto a las piezas que salen del telar y los collares, está una colección de máscaras. Se trata de peliqueiros y pantallas rendidos al fieltro y los bajo relieves. Ellos refuerzan el mensaje de tradición que se respira en el bajo de la Asociación de Amigos dos Museos de Galicia.
El arte de Xabier sigue salpicando de tapices la ciudad y además de poderlo contemplar en el transcurso de una cena o en Portas Ártabras, el creador reparte algunas obras en la tienda La Rueca. en la avenida de Finisterre, donde también se venden joyas de Fina. En el comercio, uno se podrá quedar con la puesta en escena más curiosa. Y es que Xabier detiene los recuerdos de los deportivistas y los concentra en una cara y un nombre. Es así como la tez rugosa de Arsenio sale a la palestra.