Integrantes de la plataforma de afectados por la hepatitis C se concentraron ayer a las puertas de consultas externas de los hospitales clínicos de Santiago y Xeral de Vigo, donde exigieron a las autoridades que les den el nuevo fármaco porque se les está “acortando la vida”.
En Santiago, bajo el lema “Os recortes matan, medicación para todos”, un grupo de personas se concentró a las puertas del centro hospitalario, donde el portavoz de la plataforma de afectados, Quique Costas, explicó a los medios de comunicación que unas 750.000 personas están afectadas por esta enfermedad según los datos de la Sociedad Española de Patología y, de ellos, se estima que en Galicia la cifra asciende a 35.000.
De todos ellos, abundó, se calcula que más del 50% no están diagnosticados a día de hoy por lo que son personas portadoras aún sin saberlo.
Costas indicó que los enfermos de hepatitis C que se encuentran en fase 4, la más avanzada, son unas 35.000 personas, de las que 3.000 se encuentran en la comunidad gallega.
Por todo ello, y ante una situación de indefensión, reclamaron que se les facilite la nueva medicación, ya que, por el momento, “no está llegando a prácticamente ningún paciente”.
“Queremos medicación para todos ya”, proclamó Costas, quien también añadió que son “realistas” con la situación que se vive actualmente, y que por ello piden que se facilite “de inmediato” a las personas que están en un riesgo más grave –los enfermos en fase 4 descompensada–, y a continuación, “y sin más demora”, a los pacientes en fase 4 cirrótica, y así sucesivamente hasta los períodos de la patología menos avanzados.
Quique Costas, que se encuentra en fase 4 cirrótica, denunció que la conselleira de Sanidad, Rocío Mosquera, no facilite cifras de enfermos que ya se hayan acogido al nuevo medicamento –sofosbuvir–, lo que muestra, apostilló, que el reparto se hace a “un ritmo cicatero”.
“Cuando la Administración es generosa, bien que se encarga de pregonar sus cifras, cuando no las da, por algo será”, manifestó, y añadió: “Más que conocer cifras, lo que queremos es que nos salven la vida”.
En esta misma línea, el portavoz de afectados de hepatitis C recordó que tienen “una esperanza de vida muy limitada”, ya que si tienen la suerte de ser trasplantados eso tampoco les garantiza nada, porque hay “la certeza universal” de que si no son “negativizados antes” el órgano trasplantado se reinfectará y además con rapidez.