Portugal y España acordaron ayer trabajar intensamente para conseguir que el sistema de peajes en las autopistas de ambos países sea compatible antes del inicio del verano, cuando se produce el mayor pico de turistas.
Así lo subrayaron el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda de España, Rafael Catalá, y su homólogo luso, Sergio Silva Monteiro, que se entrevistaron en Valença do Minho (norte de Portugal).
Catalá, que visitó junto a Silva Monteiro y el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el puesto luso “EasyToll” (peaje fácil) de Vila Nova de Cerveira, indicó que ambas administraciones trabajan para obtener los acuerdos entre los operadores que posibiliten compatibilizar los peajes en ambos lados de la frontera.
La conversión de las antiguas autopistas lusas sin coste para el usuario en vías de pago generó en el último año numerosas colas y problemas para los turistas y transportistas gallegos.
La difícil obtención del dispositivo electrónico exigido por los peajes de Portugal, que no admiten el pago con tarjetas de crédito, fue queja frecuente.
El secretario de Estado español agradeció el esfuerzo de las empresas del sector de las infraestructuras para facilitar el proceso de adaptación y resaltó la importancia de solucionar asuntos que afectan a los ciudadanos. “Lo que tenemos que hacer los gobiernos es solucionar los problemas a los ciudadanos, y la interoperabilidad es clave”, dijo.
Ambos gobiernos esperan cerrar las cuestiones de la compatibilidad de peajes antes de la Cumbre hispano-lusa, que se celebrará a mediados del próximo mes de mayo. “Debemos hacer todo para que el sistema ya está íntegramente interoperativo antes del gran flujo de turismo entre los dos países que produce en verano”, explicó Silva Monteiro.
El político portugués señaló que ya se habían realizado pruebas exitosas desde octubre y que apenas faltan solucionar detalles de “naturaleza comercial”, relacionados con el débito bancario del pago de peajes.
A finales de marzo, la ministra de Fomento, Ana Pastor, se entrevistó en Lisboa con el titular luso de Economía, Álvaro Santos Pereira, para abordar, entre otros, este asunto.
La A-24 (colindante con Galicia), la A-22 (fronteriza con Andalucía), la A-23 (que atraviesa la región del Alentejo, cercana a Extremadura) y la A-25 (fronteriza con Salamanca) registraron los principales problemas.
Esas carreteras, que empezaron a ser de pago en 2010 y 2011, tienen un coste para particulares de entre 11 y 19 euros por trayecto, una suma con la que Portugal espera ayudar a cubrir el déficit de sus carreteras en medio de la crisis económica que sufre el país.