Escolares del rural han lanzado esta mañana 3.000 barcos de papel al río Miño a su paso por Castrelo de Miño, en un acto que pretendía reivindicar la conservación de una educación pública y de calidad.
Aunque la iniciativa surgió con la intención de alcanzar los mil barquitos, fueron muchas las asociaciones de diferentes puntos, no solo de Galicia, que se pusieron manos a la obra para alcanzar este reto, hasta superar las 3.000, según apuntaba la organización y el propio alcalde de Castrelo, Xurxo Rodríguez (BNG).
Así, estas peculiares naves de tamaños y colores variopintos llegaron desde Cataluña, Euskadi, Italia, Francia, Méjico o Finlandia, ha explicado durante el acto Palmira Castro, impulsora del proyecto.
Pasadas las 12:00 horas de la mañana, decenas de pequeños fueron arrojando al embalse estas embarcaciones de papel, en cuya construcción participaron las federaciones de asociaciones de madres y padres de varios municipios.
También contaron con la participación de otros colectivos, no directamente vinculados a la educación, como las mujeres rurales de Avión o la Plataforma en Defensa del rural.
Ramón Méndez Paz, actualmente director de un centro en Vigo, pero que ha desarrollado buena parte de su trayectoria en el rural, ha sido el encargado de leer un manifiesto que exige la defensa del "derecho a la enseñanza gratuita, pública y de calidad en el rural".
"Estamos asistiendo a un menosprecio de la escuela" amparado en la "pueril excusa de la crisis" ha afirmado Méndez, asegurando que cuestiones como la educación o la sanidad "no son lujos, sino derechos que garantizan la igualdad" y que "costó mucho conseguir".
Ha reclamado que "no falten recursos humanos ni materiales" por parte de las administraciones para proporcionar a los niños los derechos que "legalmente le corresponden", como es el caso de la educación.
En el aspecto pedagógico ha subrayado que en el rural existe una "diferenciada" forma de vida y destacó los beneficios que suponen para los niños "permanecer en su entorno conocido" y, por lo tanto, poder acudir al colegio en "el seno materno".
Asimismo, ha vinculado la supervivencia del rural al mantenimiento en él de escuelas públicas.
Por su parte, Palmira Castro ha asegurado en su intervención que "pase lo que pase no vamos a olvidarnos de nuestra reivindicación, queremos una escuela pública y de calidad" que además "ponga en valor el rural".
Con todo, junto a los barcos, los verdaderos protagonistas fueron los pequeños, que, quizás sin llegar a comprender del todo su gesto, participaron de forma activa.
Algunos de los barcos no fueron capaces de realizar un viaje muy largo por las aguas del Miño, sin embargo, como ha apuntado Castro, sí han conseguido su objetivo reivindicativo, poniendo de manifiesto que "en los lugares pequeños, con gente pequeña y haciendo cosas pequeñas se puede cambiar el mundo".