El conselleiro de Política Social, José Manuel Rey Varela, anunció ayer que la Xunta prevé tener este año el texto previo de la futura Ley de Impulso Demográfico, una norma que se plantea con “medidas valientes” para “revertir” la situación demográfica de la Comunidad, y que, entre otras cuestiones, deberá “hablar de horarios” y de “turnos de trabajo”, así como de “promoción de la mujer”.
Así lo dijo el conselleiro durante un desayuno informativo del Forum Europa Tribuna Galicia, en Santiago, donde señaló la demografía como el mayor reto que tiene por delante Galicia.
Conciliación
Este impulso al crecimiento demográfico, señaló Rey Varela, debe ir unido a políticas de mejora de la conciliación de la vida familiar y laboral, una cuestión en la que reiteró la apuesta de la Xunta por mecanismos como las casas nido, presentes ya en los municipios del rural y que ahora quiere llevar al entorno del trabajo en el mar.
La infancia y la familia son “un pilar para el Gobierno” gallego, destacó el conselleiro, que reiteró la “meta” planteada por el Ejecutivo de Núñez Feijóo de que Galicia “sea el mejor lugar para formar una familia y para ser niño”.
Para articular las medidas que permitan “revertir” esta situación, Rey Varela ha comprometido el trabajo del Observatorio de Dinamización Demográfica y ha adelantado que este año se prevé “tener el texto previo de la futura Ley de Impulso Demográfico de Galicia”, que tomará “medidas importantes” y “valientes” en este ámbito, en el que se necesita “consenso”. “Tenemos que pensar más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones”, destacó.
En el polo opuesto, el otro gran reto al que se enfrenta la Política Social en Galicia es el envejecimiento, un “desafío” al que es necesario dar “una respuesta”.
Otro ámbito de preocupación para la Xunta es la atención a la dependencia, un ámbito en el que se atienden ya a más de 55.000 personas en Galicia y que la Administración gallega quiere elevar a 60.000, el objetivo marcado para toda la legislatura, este 2018.
Rey Varela reconoció el retraso en los periodos de valoración de dependientes y discapacitados, que se extienden “más del doble del tiempo máximo” contemplado en la norma.
El conselleiro, que ha pedido “perdón” por estas cifras, admitió que la Xunta no fue “capaz” de “agilizar los procedimientos para que estos reconocimientos se presten en los tiempos” y dijo que seguirá trabajando en la dotación de personal.