El 47% de los hogares españoles están compuestos por una persona o por parejas sin hijos, según las conclusiones de un estudio publicado en la revista “Panorama Social”, editada por Funcas, y desarrollado por el investigador del Centre d”Estudis Demogràfics de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Pau Miret.
El informe señala que los hogares con una estructura “clásica”, formados por parejas con uno o más hijos, representan ahora casi cuatro de cada diez hogares en España, mientras que una cuarta parte son viviendas unipersonales y otra cuarta parte, parejas sin hijos. El porcentaje restante lo componen hogares monoparentales (un adulto y uno o más hijos) o viviendas habitadas por personas sin ninguna relación de parentesco.
“El hogar más habitual en España siempre fue el compuesto por una pareja más sus hijos, pero mientras que en el último cuarto del siglo XX este se mantenía en mayoría, en el siglo XXI ha continuado siendo el más habitual pero ya no el mayoritario”, explica Miret en el documento.
Según indica, la prevalencia de los hogares tradicionales ha perdido diez puntos porcentuales de 2000 a 2015 y representa ahora un 37% del total de hogares en España, mientras que otras dos “estructuras domésticas”, el hogar unipersonal y la compuesta por parejas sin hijos, “le han tomado el relevo”.
variaciones
“En global, se registra que el número de hogares con un núcleo conyugal sin hijos pasó de 1977 a 2015 de 1,5 a 4,4 millones; y el de hogares unipersonales, de 700.000 a 3,8 millones.
En todo caso, el artículo subraya que estas variaciones se producen en el marco de un “progresivo incremento del número de hogares en España” acaecido desde finales de la década de los 90 hasta 2008, y que las causas de esta evolución de la estructura de los hogares “puede ser debido tanto a procesos de emancipación juvenil como a una etapa doméstica en edad madura, una fase familiar creada por la viudedad o de nido vacío, con todos los hijos emancipados”.
En cuanto a los hogares monoparentales, Miret pone de relieve que esta es una estructura doméstica que está “mucho más presente en otros países” de lo que hasta ahora estaba en España, pero que ha “aumentado poderosamente” en el país y suma hasta ahora 1,8 millones de hogares. Aún así, destaca que, pese a la evolución de las últimas décadas, “la probabilidad de vivir en un hogar monoparental es significativamente menor en los países del sur de Europa que en la Europa central o nórdica”.
En las conclusiones del estudio, el investigador atribuye los cambios de los hogares a diversos factores, entre los que se encuentran el envejecimiento de la población (especialmente en el caso de parejas sin hijos y viviendas unipersonales) y el “debilitamiento de la formación familiar clásica”, así como los “factores de emancipación juvenil”.