El comportamiento de ejemplares jóvenes de oso pardo en la zona leonesa de Laciana, donde han atacado al ganado o se han acercado a comer cerezas a algún pueblo, ha obligado a actuar a la Junta de Castilla y León, en colaboración con la Fundación Oso Pardo.
Guillermo Palomero, presidente de la citada fundación, indicó que suelen ser machos jóvenes, que han sido vistos cerca de la costa entre Galicia y Asturias, al norte de Burgos o incluso en las cercanías de la ciudad de León. En concreto, tanto en la localidad de Robles de Laciana, donde un oso ha matado varias cabezas de ganado, como en la de Llamas de Laciana, en la que otro ejemplar ha sido fotografiado por un vecino comiendo cerezas en el pueblo, se han puesto en marcha patrullas, explicó ayer el presidente de la Fundación, Guillermo Palomero.
Estas patrullas de personal especializado de la Junta, en colaboración con expertos de la fundación, pretenden disuadir a estos osos, para que dejen de atacar al ganado y de acercarse a poblaciones, dijo Guillermo Palomero.
Aseguró que “es muy anormal que un oso ataque a la ganadería”, pero esta es la época de menos comida en el monte para esta especie y por eso busca alimentos en zonas habitadas.
En el caso de Robles de Laciana, el oso puede “haberse picado” al hallar una presa fácil como las ovejas, mientras que en Llamas de Laciana mostró “un descaro especial, comiendo a la vista de la gente”, relató este experto.
El objetivo ahora con estas patrullas es disuadir a estos ejemplares de su comportamiento, para que no se habitúen a la cercanía con las personas y no vuelvan a acercase a los pueblos.
Los casos de estos osos se producen en un momento de crecimiento de la especie, con un número de ejemplares que puede alcanzar los doscientos en su población cantábrica occidental, que incluye esta zona del noroeste de León.
Sin embargo, esta recuperación del número de ejemplares no significa necesariamente una expansión territorial, advirtió.