El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero defiende la actual ley del aborto de plazos, aprobada en 2010 durante su segundo mandato, una norma meditada y debatida durante casi dos años y que se inspira en las legislaciones existentes en las democracias más sólidas y avanzadas del mundo.
En el artículo "Democracia, consenso y aborto", que publica hoy el diario El Mundo, Zapatero asegura que la ley no fue un texto improvisado, ni fruto de la coyuntura, ni obedeció a motivos espurios, sino que se elaboró a partir de un análisis previo de la situación, apoyado en las opiniones de expertos y enriquecido en el debate público y parlamentario.
Aunque reconoce que la ley de 1985 (de supuestos, al igual que el anteproyecto de ley del actual gobierno), supuso "un avance claro" respecto a la situación de partida, derivó en su aplicación "en una creciente inseguridad".
Además, según Zapatero, el número de abortos crecía exponencialmente y la gran mayoría de ellos se realizaban al amparo del supuesto terapéutico (riesgo grave para la salud física o psíquica de la madre), "lo que suponía de facto una vía sin garantías a abortos sin plazo".
El expresidente señala que la ley de 2010 "persigue ofrecer seguridad jurídica frente al juego de las puertas falsas, se concibe, abiertamente, desde la confianza en las mujeres, en su libertad, en su responsabilidad, en su dignidad y derecho a la intimidad" y, a la vez, "preserva un equilibrio razonable entre la libre autodeterminación de la mujer y la protección del nasciturus".
"El trance de decidir sobre la continuidad de un embarazo no deseado encierra una opción siempre difícil. Bajo determinados plazos, circunstancias y garantías, esa opción sólo la pueden hacer las mujeres", señala Zapatero.