Podríamos mimetizar a Jorque Manrique en las “Coplas a la muerte de su padre” y aplicar el ritmo a Mariano Rajoy y a su Gabinete. Porque es cierto y verdad que el Gobierno del PP ha defraudado las expectativas que los españoles habían puesto en él tras la intragable gestión de Zapatero.
Si creen que exagero, repasen la macroencuesta que Sigma Dos hizo recientemente, en la que el 68,4% de los ciudadanos afirman que Rajoy está siendo peor gobernante de lo que esperaban. Pero como Pitágoras no miente, los números arrojan lo que sigue: los políticos del Gobierno son valorados con 3,3 puntos sobre 10 posibles y ninguna de las leyes por este Gabinete emitidas supera el 2,5 sobre 10. Hay más: hasta la Ley del aborto fue rechazada por el 52,9% de los votantes del PP.
Pero hay matices todavía más graves. Por ejemplo, una amplia mayoría aspira al cambio de liderazgo tanto en el PP como el PSOE. Dicho en Román paladino: Rajoy y Rubalcaba a tomar por tafanario. Todavía hay más: un 64% de los españoles dicen que Rajoy les ha fallado y un 46% reclama un adelanto electoral. Pero la encuesta arroja datos más y más significativos. Por ejemplo: Izquierda Unida se alimenta del PSOE y el 76,5% de sus votantes quiere que gane peso. Por otra parte, los votantes de UP y D (Rosita Díez) piden un pacto con la formación de Albert Rivera, que, desde Cataluña, ha iniciado un proceso de expansión por toda España y, así, se pide que el partido de Rosita vaya en coalición con Ciutadans en las elecciones generales.
Y, ya para terminar, menos de un tercio de los votantes del PP quieren cambiar la Ley del Aborto. Y más de ocho de cada diez jóvenes españoles están en contra de derogar el sistema de plazos.
Resumiendo, que es gerundio: los españoles están cansados, de la crisis y de las dos granes opciones políticas. Ni PP ni PSOE convencen a la mayoría. La mayoría de la ciudadanía quiere arrumbar a Rajoy al baúl de los recuerdos. Mentiras, tropiezos, balbuceos, inexactitudes y disparates del presidente hacen que los votantes le castiguen sin merienda.
¡Eche o que hay!