El primer fin de semana de las Fiestas de María Pita se remontó un lustro y elevó a la reina de ‘Operación Triunfo 2018’, ahora convertida en estrella pop nacional. Amaia Romero no solamente consiguió reunir a cientos de personas en el corazón de la ciudad, sino que desde las primeras notas se metió en el bolsillo a un público entregado y que fue aumentando a medida que avanzaba la noche.
Ocurre en ocasiones en los conciertos gratuitos que la audiencia se divide entre curiosos neutrales y adeptos. Con las primeras notas de ‘Bienvenidos al show’, con la cantante sentada al piano y sola en el escenario, se hicieron sentir y oír los segundos, mientras que los primeros se unieron a una fiesta que no decaería y que recorrería no solamente el setlist de la navarra, sino también el de varios referentes de la música española de los últimos veinte años.
Y es que Amaia recorrió lugares tan lejanos entre sí como Bad Gyal, David Bisbal, Rigoberta Bandini o Los Planetas, cuyo cantante Jota también será partícipe de la programación de las fiestas de agosto.
Presentaba Amaia su segundo álbum de estudio, ‘Cuando no sé quién soy’, pero la cantante está muy lejos de mostrar algún tipo de dudas en su rol. Sus tablas sobre el escenario están a un nivel semejante a la capacidad para conectar con un público transversal.
El pop de Amaia, que tantos años de trayectoria musical recorrió, se volvió tierno y amable cada vez que retornó a un repertorio que funcionó y muy bien, desde lo bailable a lo más melódico.
La difícil tarea de sobresalir en un viernes de fiestas, con adeptos, pero también curiosos, y el alto nivel de los precedentes hasta la fecha fueron asignaturas que la ‘extriunfita’ y ahora Amaia con sello propio fue sacándose de encima con nota.