Lleva al frente de la Torre de Hércules más de una década. Fue en 2012, tres años después de lograr la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuando Ana Santorum fue nombrada directora del monumento. Hoy, cuando se cumplen quince años desde este gran triunfo para la ciudad, relata cómo ha sido afrontar los desafíos que conllevó llegar a la cima del éxito patrimonial.
Asumió la dirección en 2012.
Fue el momento en el que se profesionalizó la gestión de la Torre de Hércules. Junto a mí, los guías, muchos de los cuales continúan trabajando allí a día de hoy.
¿Cómo ha cambiado el monumento en estos quince años?
Lo que resaltaría es el hecho de que se haya declarado el espacio natural de interés local alrededor de la Torre, porque, además de ser un monumento histórico, es un monumento y su paisaje. La Torre tiene sentido en el espacio en que se encuentra y el espacio en que se encuentra desde que se construyó la Torre hace más de 2.000 años no es el mismo; ha cambiado por la presencia contundente de la Torre. El hecho de que además de protegerse el bien se proteja el entorno es un elemento importantísimo.
¿Es importante verse reflejados en otros patrimonios mundiales?
Es otra de las cosas que destacaría: la presencia institucional de la Torre en el mundo del patrimonio mundial. Desde entonces no hemos dejado de tener contacto con otros patrimonios mundiales de España y la Península Ibérica. Esto es importante, porque también forma parte del conocimiento que hay que dar del bien hacia el exterior, pero también nutrirse de la experiencia de otros. Lo hemos llevado a cabo estos años no solo de manera sistemática, sino también de forma proactiva. En octubre organizamos en A Coruña la asamblea de la alianza de paisajes, incluida en la agenda de la Comisión Europea. En 2018 ya habíamos sido promotores y sede del encuentro del Ministerio con los gestores del patrimonio mundial. Esta presencia institucional que tiene ahora la Torre y que anteriormente no tenía es uno de los hitos que pondría en valor.
¿Fue necesario realizar obras de mejora tras la designación de la Unesco?
Alrededor de 2009 se hicieron obras de rehabilitación y, posteriormente, también. Es una labor que hay que hacer constantemente. El hecho de entrar en esa lista de patrimonios mundiales no es solamente un escaparate y decir ‘hemos conseguido este premio’, sino que es un compromiso de las administraciones para que ese patrimonio se mantenga y pueda ser disfrutado por las generaciones que vengan después de nosotros. Evidentemente, el hecho de entrar en el patrimonio significó obras importantes en el mantenimiento del mismo.
¿La declaración de la Torre como Patrimonio de la Humanidad la impulsó como gran motor turístico? No cabe duda de que el principal atractivo turístico de la ciudad, en cuanto al patrimonio, es la Torre de Hércules, sin ningún género de dudas.
¿Qué iniciativas de promoción se llevan a cabo?
Se realizan en el contexto de la propia ciudad y las acciones que se realizan desde el Consorcio de Turismo. Aunque el objetivo sea resaltar algún otro elemento importante para la promoción de A Coruña, como puede ser la gastronomía, siempre tiene también de trasfondo la Torre.
¿Existe un balance del número de visitantes anuales al monumento? ¿Cuántos de ellos proceden de otros países?
Anualmente calculamos que nos visitan una media de 120.000 personas. Un 25% son turistas extranjeros.
¿Cómo reacciona el visitante cuando se adentra en la Torre de Hércules?
Transmite una gran sorpresa por el monumento en sí y por el entorno en el que está enclavado. Por una parte está el hecho de visitar un faro romano que todavía está en funcionamiento, que es un shock, pero también disfrutar del sitio en el que está enclavado, que es algo que profundiza la experiencia.
¿Se le viene a la mente alguna anécdota que le haya marcado en estos doce años?
Nunca dejaré de recordar que el día después de hacerme cargo de la dirección, el primer visitante fue un japonés, que es un poco tópico, el del visitante japonés que está en todas partes. Me hizo mucha gracia. Luego también hay pequeñas anécdotas, sobre todo con los niños que entran en la Torre pensando que van a encontrarse con Hércules y que preguntan por él.
¿Se conoce la Torre de Hércules todo lo que debería?
Es algo que no podemos medir. Mi experiencia es que cuando digo ‘vengo de A Coruña y la Torre’, la sensación es que se conoce mucho en el territorio nacional. Es un elemento que identifica a nuestra ciudad. ¿Hasta donde debe conocerse? Quién lo sabe.
¿Somos los coruñeses conscientes del valor de tener este monumento a escasos metros de nuestros hogares?
Los coruñeses nos identificamos con la Torre. No quiere decir que todos los coruñeses la hayan conocido por dentro. Muchas veces llegan vecinos que dicen ‘Ay, tengo tantos años y es la primera vez que vengo’. Pero en el inconsciente colectivo siempre está la Torre como ese monumento emblemático que ilumina y acompaña a los coruñeses y coruñesas en su vida diaria, así como en los momentos buenos y malos de la historia de la ciudad.