Después de mucho esperar, los coruñeses pueden caminar por el Paseo Marítimo a la altura de As Ánimas y comprobar si es tal y como lo habían imaginado. Desde luego, no es como lo había imaginado en un principio el Ayuntamiento: cuando presentó el proyecto, la idea era crear un espacio sin aparcamiento, en el que todo estuviera ocupado pro zonas verdes, carriles de bici y de corredores y amplias aceras. Sin embargo, ya en julio de 2022 se modificó el proyecto, para dar cabida a una serie de aparcamientos en batería.
En ese particular no entró la alcaldesa cuando declaró, el 16 de noviembre de 2022: “Damos un novo sentido ao Paseo que vaia acorde ao modelo de cidade polo que apostamos desde o comezo deste mandato”. En este modelo, el aparcamiento deja paso a aceras más amplias, pensadas para transeúntes. Esto suponía un cambio muy importante desde que la Marea Atlántica decidiera utilizar esta parte del Paseo, la menos transitada, para crear una gran bolsa de aparcamiento aprovechando que se había retirado definitivamente el tranvía. De esta manera, se pudo aprovechar el espacio para estacionar. Los vecinos de Monte Alto, los principales beneficiados, lo agradecieron. Eran cerca de 200 plazas de nueva creación.
Los trabajos de humanización, desde el dique de abrigo al cementerio de San Amaro, un tramo de 1,5 kilómetros, hacían temer su desaparición hasta que se modificó el pliego. Aun así, se han retirado una parte importante, pero se ha mantenido las que estaban en batería. Otra parte que no fue como estaba planeada fue el calendario: la finalización de las obras está tardando mucho más de lo que había contemplado el Ayuntamiento.
En efecto: la obra debía haberse terminado en septiembre del año pasado. Es decir, que acumula seis meses de retraso de un plazo de diez. Por si eso fuera poco, la empresa que está llevando a cabo los trabajos, Petrolam Infraestructuras SL, ganó el concurso precisamente porque se comprometió a finalizarla un mes antes del plazo previsto, lo que le valió cinco puntos extra.
Tras numerosos retrasos, que entre otros factores se achacaron a las inclemencias meteorológicas, el Ayuntamiento se negó a fijar un nuevo plazo para la finalización de los trabajos que a día de hoy continúan: faltan unos cuantos retoques, como finalizar la construcción de la zona de juegos infantiles. Ya se ven los 7.000 metros cuadrados de zonas verdes e los que se han plantado abedules y liquidámbar.
También se ha hecho realidad el carril para corredores junto con el de bicicletas, de hasta dos metros de anchura, y se han pintado las viejas farolas para que parezcan nuevas, además de instalarse aparcabicis y zonas de calistenia. Los coruñeses tendrán la última palabra sobre si ha valido la pena tanta espera. No hay que olvidar que se trata de la primera gran reforma desde su inauguración, en 1996.