El antiguo poblado de A Pasaxe, en los terrenos de la antigua Conservera Celta, se ha convertido en el mayor vertedero ilegal de A Coruña, donde se acumulan toneladas de basura, y donde se producen periódicamente quemas de chatarra. 

El abandono de la zona se percibe también en el arbolado que crece salvaje, con eucaliptos que amenazan con desplomarse sobre las naves industriales que aún subsisten en las inmediaciones. Pero, sobre todo, llama la atención las toneladas de desperdicios que se han ido acumulando a lo largo de los meses sin que las autoridades hayan puesto coto a este problema. 

En realidad, no se puede decir que no hayan hecho nada: los terrenos donde se levantaba el poblado chabolista son de dominio público marítimo-terrestre, de manera que es Demarcación de Costas el ente que tiene competencia sobre ellos. 

Pero lo único que ha hecho Costas es instalar bloques de hormigón para cerrar el acceso por carretera al antiguo poblado, donde subsiste un único residente acompañado de su familia, y que Servicios Sociales lleva todo el año intentando convencerle para que acepte ser realojado, sin suerte. 
 

El objetivo de Costas era que los camiones y furgonetas no pudieran entrar en el lugar y, por tanto, ya no se pudiera almacenar chatarra o construir nuevas chabolas. Los antiguos residentes han reaccionado simplemente trasladando los puntos de la quemas de chatarra a una zona más próxima a las naves industriales, y los Bomberos tienen que acudir a menudo a extinguir los fuegos que han llegado a tiznar las paredes de los edificios.  
 

Los chatarreros queman neveras, calentadores y lavadoras para despojarlas del plástico y poder vender el metal desnudo en una chatarrería, pero también se deshacen allí de los restos de obra y otros artículos en vez de llevarlos a un punto limpio autorizado. Todo ello hace que se acumulen cada vez más restos, sin que no se pueda calcular a ciencia cierta cuánta basura se acumula tanto dentro como en las inmediaciones del antiguo poblado, y cuyo lixiviado arrastra la lluvia hasta la ría de O Burgo.
 

Furtivismo 

Precisamente, el cese de la actividad marisquera en la ría de O Burgo debido a las obras de dragado ha sido una suerte para los furtivos, muchos de ellos antiguos pobladores de A Pasaxe, que ya no tienen que competir con los mariscadores legales para hacerse con las almejas. 

El resultado es que, en las noches apropiadas, se pueden ver a docenas de furtivos arrojándose al mar desde esta zona, para volver con capazos llenos de marisco que clasifican a la sombra de unos gigantescos eucaliptos que también amenazan una nave cerca y de los que ayer mismo se desprendieron varias ramas.
 

La cofradía ya ha denunciado esa situación, y ha pedido mayor vigilancia, pero todavía no se ha adoptado ninguna medida, a pesar del peligro para la salud pública que supone el marisco que no pasa por un adecuado proceso de depuración. 
 

En tierra, tampoco se ha hecho una limpieza a fondo en la zona desde el mandato pasado, en septiembre de 2016, cuando por orden de la Concejalía de Medio Ambiente se retiraron cerca de 5.332 toneladas de basura. Se dispusieron también contenedores para que los pobladores, que entonces todavía seguían siendo varias docenas, pudieran arrojar allí sus desperdicios, pero sin control, la situación se deterioró. Por el momento, Demarcación de Costas no ha anunciado ninguna medida, y el vertedero ilegal continúa creciendo.