La Policía Nacional registra al año en la ciudad más de 400 allanamientos: robos con fuerza en domicilios, locales, etc. Pero esto no incluye los más de 137 aperturas de puertas que realizaron los Bomberos en 2022, un auténtico récord. Auténticos expertos en cerrajería, los Bomberos demuestran unas habilidades a la hora de abrir una puerta que son la envidia de cualquier caco. 

En los últimos años no ha dejado de crecer el número de intervenciones en los que los bomberos tienen que entrar en domicilios. En 2014 eran solo 27, pero a partir de entonces han ido creciendo a un ritmo sostenido. En parte, esta tendencia se asocia con el fenómeno del envejecimiento de la población: muchos ancianos tienen problemas de movilidad, viven solos o con personas igualmente mayores.

“Estamos haciendo un montón últimamente. Te llaman familiares. Te dicen ‘no sabemos anda de x, creemos que está en casa y está  mayor’. Pues bajo autorización de la familia, se hacen aperturas”, aclara el bombero Marcos Varela. Es fácil imaginarles derribando puertas a hachazos pero hace mucho tiempo que no es así y las cosas han cambiado aún más en los últimos cinco años. “Ya no somos como un elefante en una cacharrería, entrando como Atila”. 

La formación que reciben los bomberos está cada vez más enfocada hacia las ‘aperturas no destructivas’. “Siempre se destruye algo, pero si se rompe, que pueda reponerse en un momento y que la vivienda quede para usar”, aclara. Si una cocina arde, el resto de la vivienda puede seguir siendo utilizada. Siempre que la puerta esté intacta, claro.

Paso a paso 

Lo primero que tienen que decidir los bomberos cuando hay que entrar en un domicilio es si hacerlo por la puerta o la ventana. Para el primer paso, disponen de varios métodos. Lo primero que se utiliza es la mica, una serie de tarjetones que se deslizan entre la cerradura y la puerta. Es lo que se conoce como el método del ‘resbalón’ y que también emplean los delincuentes. 
 

Si no se puede emplear la mica, es el momento de atacar la cerradura. Se arranca el escudo que protege el bombín y el propio bombín. Generalmente emplean herramientas comunes, como una radial de mano. Con un taladro se puede agujerear el bombín poco a poco hasta que se rompe. Con el cascanueces se atrapa esta pieza y se arranca. “Lo usamos mucho en la primera intervención Tenemos una situación de incendio urbano, vivienda cerrada, pasada con llave, y lo empleamos –explica Varela–. Esto es rapidísimo: en menos de un minuto se consigue abrir la puerta”. 
 

Cuando el peligro no es inminente, los Bomberos prefieren entrar por la ventana, sin importar la altura. A menudo están abiertas, pero si no lo están, y sin importar el modelo (corredora, batiente) las abren. “Existen formas de abrirlas sin romper nada”, dice Varela.
 

Y aún hay más: todos los bomberos pasan por el plan formativo anual, pero algunos han desarrollado una habilidad especial: el uso de las ganzúas. “Hay gente en el parque que lo hace porque aquí tocamos muchos palos. Somos maestros de nada, pero aprendices de muchas cosas”, aclara Varela. Pero es un método lento y depende en parte de la suerte. Por eso nunca se ha usado en una emergencia. O en un robo.