El apuñalamiento al enfermero del Chuac era "difícilmente evitable": estos son los motivos

El botón del pánico ya es una realidad en todas las consultas de Salud Mental y Urgencias
El apuñalamiento al enfermero del Chuac era "difícilmente evitable": estos son los motivos
El vigilante agredido el pasado 3 de febrero, en una concentración frente a las Urgencias del Chuac / Pedro Puig

Cincuenta días después del apuñalamiento a un enfermero en el Hospital de A Coruña se confirma que “fue algo difícilmente evitable”. Así lo aseguró este martes la jefa de Medicina Preventiva y Salud Laboral del Chuac, María José Pereira, el día en el que se presentó el análisis causa-raíz (ACR) de este suceso en el seno del Comité de Seguridad y Salud. 
 

Aquel 3 de febrero, el agresor fue trasladado a Urgencias por el 061. Se trataba de un paciente de salud mental que, en el momento de ponerle una vía, sacó un arma blanca que llevaba oculta y apuñaló al enfermero que lo estaba atendiendo para, después, atacar a un guardia de seguridad que trató de reducirlo.

 

 

“En el momento en el que se produjo la atención, el paciente estaba en una sala acompañado por dos profesionales sanitarios y en la puerta había dos profesionales de seguridad. Fue algo difícilmente evitable porque ya lo habíamos identificado como un paciente potencialmente agresivo y se habían puesto en marcha muchas de las medidas que tenemos”, explica la técnica. 

 

El análisis causa-raíz, un procedimiento habitual ante este tipo de incidentes, contó con la participación de todos los profesionales implicados en este suceso e incluso se llegó a hablar con la persona agredida. “¿Teníamos que haber sido más exhaustivos con la ropa que llevaba? ¿Podríamos haber hecho cosas mejor para que ese paciente no portara un arma? ¿No hemos hecho suficiente? ¿Tenemos que habilitar otros espacios que sean más seguros? Ese es el análisis que sale de allí”, explica Pereira. 
 

No solo en Psiquiatría

La técnica recuerda que este tipo de agresiones no son algo nuevo y el Chuac “no es una excepción” con respecto al resto del Estado, aunque se sitúa en niveles muy bajos en comparación con otros centros. “Llevamos trabajando más de 50 años e interactuamos con un millón de pacientes al año. Se ha hablado mucho de la enfermedad mental, pero el grueso de las situaciones de violencia tienen que ver con otro tipo de patologías –como la agresión a principios de este mes de un paciente de avanzada edad que sufría deterioro cognitivo y que atacó a varias trabajadoras de la unidad de Neurología– y muchos son conflictos con los acompañantes”, destaca.

 

 

Las medidas que se han puesto en marcha ya han traído un aumento de comunicaciones de agresiones por parte de sanitarios. “No es que estén aumentando las agresiones, sino que se ha puesto el foco en esta situación porque el número que nosotros teníamos no coincidía con la sensación que nos trasladaban los profesionales. Estamos convencidos de que no se declaraban porque se entendían como parte de las tareas”, lamenta Pereira. 

 

 

Evolución de las medidas

Respeto de las diez medidas propuestas por la Gerencia, ya se ha consolidado el incremento de los efectivos de seguridad en el servicio de Urgencias, con una segunda presencia de 12.00 a 00.00 horas, el tramo horario de mayor afluencia de pacientes. El Chuac destaca que se invierten cuatro millones de euros al año en la seguridad privada del hospital.
 

El botón del pánico ya es también una realidad en todas las consultas y boxes de Salud Mental y Urgencias del Teresa Herrera y el Hospital de Cee.  Al mismo tiempo, avanzan a buen ritmo las obras para la puesta en marcha de la nueva unidad de salud mental en el Hospital Marítimo de Oza, que contará con catorce camas nuevas. Dispondrá, además, de áreas de atención médica y enfermería y espacios de uso terapéutico y recreativo. 

 

El área sanitaria afirma que también se consiguió reducir “de forma muy significativa” el tiempo de estancia y el número de pacientes de psiquiatría en el servicio de Urgencias. 

 

Además, está comunicado el procedimiento de puesta a disposición de apoyo psicológico a través del servicio de salud mental da área, no solo para las personas que sufrieran agresiones verbales o físicas, sino aquellas que tengan temor o les surjan dudas sobre cualquier tema relacionado con este asunto, y o correspondiente asesoramiento legal relacionado con las agresiones o la violencia en general en el entorno sanitario. En esta línea, ya se están remitiendo a la Fiscalía todas las incidencias en la búsqueda de colaboración y medidas que ayuden a paliar este problema. 

 

Dentro del decálogo de las nuevas medidas de prevención, ya se llevó a cabo una actividad formativa con un enlace de la Policía y se fijó otra para el mes de abril. También se constituyeron dos grupos de trabajo multidisciplinares para la revisión y actualización de los protocolos de ‘Abordaje y manejo del paciente con agitación en Atención Primaria’ y ‘Atención en Urgencias del paciente potencialmente agitado’. 

 

 

Respuesta a los trabajadores

Respecto a las denuncias sindicales, la jefa de Medicina Preventiva indica que los órganos paritarios con presencia de los representantes de los trabajadores ya se han reunido en un mínimo de tres ocasiones y asegura que las diez medidas anunciadas ya están implementadas o puestas en marcha. 

 

Sin embargo, aún hace falta una mayor “toma de conciencia por parte de todos” y “hay que seguir trabajando”. “Vamos a hacer un análisis exhaustivo de todas las declaraciones que se están haciendo. Aunque hay informes previos, vamos a ser más concretos con el perfil de agresión, dónde se produce, qué origen tuvo… Tenemos que ver qué es lo que está pasando porque a lo mejor no es una cuestión de más o menos seguridad. De hecho, la inmensa mayoría tienen que ver con agresiones verbales o con situaciones de mala comunicación”, zanja Pereira. 

El apuñalamiento al enfermero del Chuac era "difícilmente evitable": estos son los motivos

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