El arte, como lenguaje universal de las emociones, tiene el poder de abrir espacios de empatía y comprensión, permitiendo a los médicos comprender de una manera más profunda la experiencia del paciente. El contacto con la cultura favorece el desarrollo de habilidades para escuchar y observar más allá de los síntomas físicos y así lo pusieron ayer de manifiesto diferentes expertos en ‘AtlánticoCrea. II Jornada Medicina y Humanismo: Arte y Emociones’, organizado por la Fundación María José Jove, en colaboración con la Comisión de Docencia del Chuac.
“Muchas veces pecamos de que somos excelentes profesionales a nivel técnico, pero nos falta ese plus de humanidad. Pensamos que desde el arte podíamos acercarnos al humanismo”, reflexiona el doctor Juan Carlos Vázquez Barro, otorrino y responsable de Docencia Pregrado. Fue el encargado de abrir las ponencias, con la intervención ‘Tengo que tener oído para escuchar a ColdPlay’, donde abordó la importancia del órgano que nos permite disfrutar de la música.
Un centenar de estudiantes del último curso del grado de Medicina de la USC que realizan prácticas en el Área Sanitaria de A Coruña e Cee participaron en estas jornadas, que llegan a su segunda edición tras el éxito de la primera. A lo largo del día, los futuros médicos fueron los protagonistas de un programa que combinó ponencias de carácter médico-humanista con dinámicas interactivas que exploraron las obras de arte de la Fundación María José Jove. “Son unas jornadas maravillosas en las que hay artistas de todo tipo, entre ellos médicos que son músicos, pintores… Y nos acercan a la medicina y al humanismo”, destaca Juan Carlos Vázquez.
“Dar las gracias a la fundación por permitirnos esta oportunidad. Ellos están siempre en contacto con el arte, pero también en los hospitales intentando humanizar y poner su granito de arena para ayudar”, agradecía la doctora María Rosario López Rico, responsable de docencia del Chuac.
Los participantes tuvieron la oportunidad de sumergirse en ‘La tercera adoración’ de Luis Gordillo, ‘Caveira’ de Manuel Vilariño, ‘Boated’ de Ángela de la Cruz, ‘Quantium Void VIII’ de Antony Gormley y ‘Proyectos espaciales piramidales’ de Esther Ferrer. Estas obras no solo invitan a la reflexión, sino que, a través de sus significados, pueden inspirar a los futuros médicos a ser más conscientes de la importancia de escuchar y conectar con las vivencias de sus pacientes, reconociendo que cada diagnóstico es también una historia única. Porque, como decía Juan Carlos Vázquez, hace falta un oído para escuchar a Coldplay.