Han pasado cuatro años desde que el covid interrumpió la rutina de la vida diaria y obligó a organizarlo todo de acuerdo con la ‘distancia social’. Hoy en día, el covid resulta indistinguible de la gripe, las mascarillas son una rareza y lo único que queda de aquello es la propensión a someterse un test cuando se sufre una tos persistente. Pero algunas cosas no cambian: el Ayuntamiento acaba de publicar la licitación de dos contratos con fondos Next Generation para ampliar el servicio de gestión de cita previa telemática. En la justificación del contrato todavía se alega la pandemia, a pesar del tiempo que ha pasado desde el estado de emergencia y las medidas de restricción.

En efecto, el propósito del contrato se incluye dentro de las “prestaciones de emergencia para hacer frente de los riesgos y dar satisfacción a las necesidades derivadas de la protección a las personas como consecuencia de la pandemia del covid-19 (coronavirus)”. Son dos contratos y se han adjudicado por 43.833 y 27.925 euros respectivamente. Ambos han ido a parar a manos de Tecnologías Plexus SL, una empresa de Santiago.  

El sistema que se viene desarrollando desde el estallido del covid permite que no se agrupen personas en instalaciones municipales como las oficinas de La Franja. Convierte en obligatorio pedir cita a través del 010 u otro medio telemático y luego acudir con un código a la puerta, donde un funcionario le indica su turno para entrar. Así ha sido durante cuatro años y el Gobierno local no encuentra motivos para cambiar un sistema que funciona.  Lo curioso es que siga alegando la emergencia sanitaria para implantarlo y el PP recuerda que sigue si haber rendido cuentas sobre el gasto en la pandemia.