El Ayuntamiento recurrirá la sentencia que considera ilegal la intervención de la planta de reciclaje en Nostián durante 2020. Así lo anunció la alcaldesa, Inés Rey, durante una visita al colegio de la Sagrada Familia. “Vamos a recurrir esa sentencia por entender que no estamos de acuerdo en el fallo de la misma en lo que respecta a una parte, que es la intervención. Será recurrida por los servicios jurídicos municipales”.
El problema se remonta a diciembre de 2019, cuando Rey decidió intervenir temporalmente la concesión de la planta de tratamiento de basuras de Nostián para garantizar los puestos de trabajo y la gestión del servicio, después que la concesionaria, Albada, anunciara que iba a dejar de recoger la basura del Consorcio de As Mariñas, que agrupa a varios municipios. Como Arteixo se había desligado de este servicio ya no resultaba rentable, por eso quería dejar de prestarlo. Y por eso, además, proyectaba un ERE de 35 trabajadores.
La alcaldesa decidió agarrar el toro por los cuernos y, tras advertir a Albada, decidió secuestrar (el término técnico) la planta, poniéndola en manos de un interventor, que la controló durante más de un año, pero la empresa acudió a los tribunales, concretamente al Juzgado Número ocho de lo Contencioso Administrativo, que el viernes día tres de este mes falló que el Ayuntamiento no actuó conforme a derecho.
Pero el juzgado solo estima parcialmente la demanda de Albada que quería también dejar de gestionar la planta, dado que hace dos años finalizó el contrato. Sin embargo, como se trata de una infraestructura vital para la ciudad, está legalmente obligada a hacerlo, reconoce el juzgado.
La regidora se negó a comentar si era posible que esta sentencia afectara a la recogida de basura en el área metropolitana, que fue precisamente la razón por la que el Gobierno local se decidió a intervenir la planta. Fuentes bien informadas consideran que la intervención en sí fue un “bluf” por que la relación que mantiene el Ayuntamiento con Albada es excelente y, de hecho, el interventor solo visitaba la planta de vez en cuando, y que la mayor parte del tiempo se encontraba en Santiago. A día de hoy, la planta sigue funcionando, aunque ya está totalmente obsoleta, excepto un biodigestor que hubo que sustituir por una rotura y la planta de envases, que sufrió un incendio, pero la línea de orgánicos sufre constantes averías que disparan los costes de mantenimiento.
La Marea Atlántica recordó ayer en un comunicado que es la primera vez que el Ayuntamiento pierde un litigio con la planta: “É un revés importante e corre o risco de traducirse en indemnizacións á empresa concesionaria da planta, Albada, que ata o de agora nunca lle gañara un preito ao Concello”. Y recuerdan que el secuestro de la planta fue la única decisión que el Gobierno de Inés Rey tomó respecto a la gestión de los residuos, “logo de case tres anos co contrato caducado e sen visos de que se renove a curto prazo”.