La proliferación de tiendas especializadas en cannabidiol, un producto de propiedades terapéuticas y aplicaciones desde la cosmética a la medicina, fue un fenómeno a nivel nacional que tuvo durante la pandemia su propia historia en la ciudad. Los negocios que abrieron tuvieron un éxito tan fulgurante que muchos de ellos se convirtieron en cadena con la apertura de una segunda sede.
Sin embargo, tamaño éxito no fue de la mano de una regulación específica, e incluso Europa, España y Galicia tenían leyes diferentes que entraban en conflicto entre sí. La próxima al respecto se encuentra publicada en el portal de transparencia de la Xunta y limita tanto la publicidad como la exhibición del símbolo del cannabis en la publicidad destinada a menores. Además, Mónica García, ministra de Sanidad, ha anunciado una ley nacional.
Actualmente, y a pesar de que su actividad ha derribado muchos tabúes, la decena de establecimientos dedicados a la venta de CBD aún no han superado los prejuicios de los más reacios a informarse. Además, cada movimiento lo hacen de manera muy puntillosa y asesorada. Así lo reconoce Carlos Montero, responsable de Cannabis Store Amsterdam CBD, sede coruñesa de una franquicia nacional y que funciona a pleno rendimiento en la calle de la Estrella desde hace casi cinco años: “Nos sabemos la ley de pe a pa y, aunque en España la ley es que Sanidad no deja procesar ni manipular el cáñamo, nos defiende la UE, nos protege y nos permite comprar en productos. La ley aquí es de la época de Franco y deja plantar, pero no procesar ni vender”.
Respecto a las particularidades del proyecto de la Xunta, Montero se muestra cauto, aunque espera que se relaje el recelo sobre una actividad que ha tardado mucho tiempo en reivindicar sus efectos paliativos. “No tiene mucho sentido es que se limite la presencia de la hoja de cáñamo, porque puede hacer mención al CBD. Tampoco entiendo por qué España y Europa tienen visiones diferentes, al principio nos metían caña, pero ahora han parado un poquito”, reconoce el empresario, que cree que el caso coruñés es un ejemplo de la España a dos velocidades. “No somos tantas tiendas ni está tan implantada como en Madrid o Barcelona. A Coruña es una ciudad muy tradicional, pero para los pocos que somos funciona muy bien”, añade.
Por otra parte, además de con sus semejantes, tiene que luchar con la red. “La competencia por internet es terrible. Si quieres comprar tomates por internet puedes hacerlo, pero tú verás. Intentemos apoyar el comercio local”, sentencia Montero.
Marcos Ramilo ‘Kitos’ fue uno de los pioneros en apostar por el CDB en la ciudad y su tienda iJoint es un referente. Cree que el nuevo marco legal es acertado. “Me parece correcto que no se publicite la planta para menores, al igual que el alcohol tabaco o la comida basura”, subraya. “Siempre abogamos por la normalización, pero entendemos que nuestro público no son menores sanos que no necesitan de sus beneficios terapéuticos”, agrega.
Finalmente, Kitos dice que “ya se conocen más los beneficios de la planta y cada día luchamos dentro de las posibilidades”.