Castro de Paz | “Los regímenes totalitarios crearon escuelas para hacer películas afines; aquí se hizo muy a la española”

El autor del libro ‘Escuela de cineastas' pone en el mapa a una institución de la que salieron grandes directores del siglo pasado y que vivió al margen de la censura en la época de Franco
Castro de Paz | “Los regímenes totalitarios crearon escuelas para hacer películas afines; aquí se hizo muy a la española”
José Luis Castro de Paz posa con su nuevo libro en las inmediaciones del Palacio de la Ópera | Javier Alborés

Faltaba por trazar una parte del mapa de la historia del cine español de la segunda mitad del siglo pasado. Una pieza del puzle sin la que no se podría comprender el panorama actual, pues fue el nacimiento de cineastas referenciales como Juan Antonio Bardem, Luis García Berlanga o Carlos Saura. Todos se formaron en la escuela de cine de Madrid, un centro en el que rodaron centenares de películas grandes directores pero también desconocidos. El historiador y catedrático de Comunicación Audiovisual de la USC, el coruñés José Luis Castro de Paz, y su colega Asier Aranzubia, de la Universidad Carlos III de Madrid, han querido completar esta parte de la historia en el libro ‘Escuela de cineastas’, que se presentó este viernes en A Coruña.


“Cuando uno lleva casi 40 años investigando todos los períodos del cine español, que haya ahí una especie de agujero negro es algo que no puede ser. Faltaba por estudiar en profundidad qué se hizo allí y por qué esta libertad tan extraña que permitió hacer películas que son radicalmente antifranquistas y proabortistas”, explica Castro de Paz. 


Llama la atención que esta escuela se creó en 1947 bajo el régimen franquista y desapareció con la muerte del dictador. Sin embargo, en contra de lo que se podría pensar, no buscaba crear cineastas afines. “Es más bien una idea de jóvenes obsesionados con el cine que, ya desde la República, estaban planteando la necesidad de que el cine español, para llegar a tener una categoría cultural importante, tenía que tener a alguien que lo enseñara”, cuenta el historiador. 

 

La libertad creativa

Esta escuela vivió al margen de la censura durante muchos años. “Como estas películas no se iban a ver nunca en el cine, les dejaban hacer de todo. Además, buena parte de la gente que los formaba también era de izquierdas y decían ‘como esto no va a llegar a ningún sitio, pues les vamos a dejar hacer’. Se produjeron cosas que jamás uno podría ver en las taquillas de la época”, resalta el estudioso coruñés.


Castro de Paz habla de las contradicciones de aquella época:  “Los regímenes totalitarios, como el nazismo o el fascismo italiano, crean escuelas de cine para formar cineastas que hagan películas afines. Sin embargo, la manera de surgir en España es muy a la española: unos tipos que van dando el coñazo diciendo que quieren hacer una escuela  y a los que se la acaban dejando hacer pasando de ellos casi olímpicamente”.


“El régimen prefería pagarles las películas a otros directores, aunque fuesen de izquierdas, porque esas sabían que el público de aquí no las iba a ver. Hubo momentos en los que el régimen utilizó la escuela pero los cineastas, a la vez, utilizaban al régimen para hacer películas”, explica.


Castro de Paz recuerda a Cecilia Bartolomé, que dirigió en 1969 ‘Margarita y el lobo’: “La película es una mofa contra la familia tradicional y se mete con la Iglesia. Esa sí tuvo problemas con la censura porque a finales de los años 60 había una efervescencia política. El régimen se daba cuenta de que lo que le salía de ahí y la gente decía: ‘¿Qué estamos creando aquí? Un nido de rojos’”. 

 

Impacto en la actualidad

Para Castro de Paz, el cine actual no ha perdido esa chispa de rebeldía. Lo advierte, por ejemplo, en dos películas recientes gallegas dirigidas por mujeres, ‘As Neves’ de Sonia Méndez y ‘O Corno’ de Jaione Camborda. “Más que reivindicaciones políticas, porque el momento es otro, sí hay una búsqueda de preocupación por la identidad y por transformaciones sociales que preocupan. Hay muchísimos temas que el cine plantea y abre vías de pensamiento. Es de lo que se trata. El arte es una vía de conocimiento”, afirma el autor, que ve “un resugir impresionante de la voz femenina”.


Sobre las nuevas formas de consumo, dominadas por las plataformas de streaming, pone el foco en el momento enormemente convulso en el que vivimos: “Víctor Erice decía que el cine como tal, como experiencia artística, ha muerto. Hay otra gente que no es tan pesimista. Yo creo que el concepto cine, de rodar en celuloide, ya no existe, pero tú puedes disfrutar exactamente igual una película”.


“El problema es la palabra consumir. No hablamos de consumir. Hablamos de que las imágenes te puedan decir cosas del mundo que te valgan para la vida, que provoquen algo”, zanja. 

Castro de Paz | “Los regímenes totalitarios crearon escuelas para hacer películas afines; aquí se hizo muy a la española”

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