Se alzó por fin el telón para una nueva función del Cine París, que en su noche de apertura recuperó de golpe todo el glamour y brillo que mantenía en el imaginario de miles de coruñeses. No faltó nada en el juego que los responsables del nuevo referente del ocio y el “tardeo”, como quieren identificarlo, realizan para no perder la perspectiva del pasado del edificio.
Anocheció en A Coruña, se extendió un pasillo en forma de alfombra roja a la altura del número 8 de la calle Real y de repente toda la escenografía trasladó a una premiere del Hollywood clásico: photocall, un riguroso dress code de etiqueta y luces, tanto las que se proyectaban desde dentro del local como las que consiguieron crear los responsables de la ceremonia en la mente de las decenas de curiosos que se agolpaban a las puertas del local. Como el acceso fue por rigurosa invitación muchos inmortalizaron el momento desde fuera con sus móviles.
Rostros conocidos del tejido empresarial, de la sociedad o de la cultura accedieron, en un goteo constante que jamás dejó decaer la solemnidad del momento.
En el interior predominan el mimbre e incluso unos asientos en forma de columpios. Solo faltó una banda de jazz para trasladar directamente al Mogambo o al American Bar londinense y encontrar a Sinatra al fondo de la barra. Unas 200 personas pudieron disfrutar hasta pasadas las 03.00 horas del pase privado del Cine París, con barra libre hasta medianoche A partir de esta tarde, a las 18.00 horas, todos los coruñeses podrán volver a reír o proyectar sus ilusiones en el lugar donde aprendieron a soñar.