Las señales que indican la restricción de circulación a ciudadanos no residentes en la Ciudad Vieja y La Marina cuentan ahora con un añadido, el de ser Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Desde la mañana de ayer ya se pueden observar los nuevos rótulos en los accesos a estas áreas, limitadas desde hace tiempo al tráfico rodado y donde solo se permite el paso a residentes, transporte público y carga y descarga entre las 06.00 y 11.00 horas. Su implementación, por lo tanto, no supondrá ninguna restricción de tráfico adicional y el cambio será mínimo. 

El pasado 2 de enero entró en vigor la normativa que obliga a los municipios de 50.000 habitantes a establecer las ZBE en su caso urbano. El Gobierno local de A Coruña, sin embargo, aseguró que, si bien la ciudad contará con estas áreas, no barajan la posibilidad de impedir que los coches más contaminantes accedan a las calles de la urbe. Con este aviso, el Ayuntamiento quiso tranquilizar a los conductores coruñeses y evitar que se alarmasen al ver la nueva señalización. 

¿Por qué se empieza por La Marina y la Ciudad Vieja? Precisamente por ser ya zonas restringidas, pero las zonas de bajas emisiones no solo se limitarán a estas dos. También abarcará la plaza de España próximamente, así como áreas “de población más vulnerable” como hospitales, escuelas y las residencias de ancianos. En la segunda fase, las ZBE se expandirán hasta la ronda de Outeiro y el litoral norte, lo que se traduce en el 29% de la ciudad, o 6,2 kilómetros cuadrados, donde reside el 55% de la población (137.244 habitantes).

Reducir la emisión de gases

El concejal de Movilidad, Francisco Díaz Gallego, ya avisó hace meses de que las zonas de bajas emisiones se pueden implantar de diferentes maneras. Su implementación obedece a la Ley del Cambio Climático y Transición Energética aprobada en el año 2021, que pretende restringir el paso a turismos contaminantes con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y mejorar la calidad del aire. 

El edil prometió que el modelo coruñés sería más laxo que el planteado de forma oficial y que no habría control de vehículos por etiqueta, además de mostrarse contrario a favorecer el coche eléctrico porque “no todo el mundo puede comprarlos y no tiene un enfoque social en cuanto la movilidad. A lo mejor, la ZBE se consigue con un aumento de las zonas peatonales o una mejora del transporte público”, comentó en el mes de junio. 

El Gobierno local ha aprobado recientemente los contratos para implantar toda la tecnología necesaria para medir la calidad del aire y controlar el acceso de los vehículos. Así, en el caso de que la contaminación empeorase en el casco urbano de A Coruña, podría llegar a restringirse el paso a los turismos que más contaminen o a los más viejos, es decir, los que tengan más de veinte años y funcionen con diésel.