Los termómetros en A Coruña estuvieron cerca de alcanzar su máximo anual, pero se quedaron a unos pocos grados de igualar el día de San Juan. Nada más icónico para representar lo que podría considerarse la gran ‘hoguera de día’ que supuso la ciudad el pasado 24 de junio: 32,2 grados, según datos de la estación de MeteoGalicia, situada en la zona de la Torre de Hércules. La misma se quedó en 27,1, cinco menos, aunque sí se registró la marca psicológica de los 30: fue en la estación de Aemet en el barrio de Bens.

El lugar donde más alegremente subió el mercurio fue en el área metropolitana, muy cerquita de la ciudad: el aeropuerto de Alvedro llegó a las 17.00 horas hasta los 33 grados de temperatura. No fue hasta bien entrada la tarde cuando los coruñeses pudieron respirar temperaturas más acordes con lo que está siendo un verano que puede considerarse un oasis en medio del mapa de calor de toda la península. Y es que, a pesar de los avisos en toda la geografía, solamente en catorce ocasiones el medidor de MeteoGalicia se ha elevado por encima de los 25 grados.

Un verano diferente

La puesta en perspectiva del verano coruñés respecto al resto de España, y en buena medida de Galicia, la definió el cantante malagueño El Kanka. Durante su recital del pasado domingo en María Pita bromeó y preguntó a los asistentes: “¿A esto lo llamáis verano?”. Lo hizo como alabanza y consideró “una bendición” la brisa que ya se dejaba notar.

El domingo la ciudad no superó los 22 grados, y los coruñeses demostraron que, en cuanto sube la temperatura, buscan refrigerio y cobijo masivamente. A media tarde, por ejemplo, las colas para el kiosko de la playa de San Amaro, donde se dispensan helados y refrigerios, superaba la media hora de espera.