Los coruñeses pasan de los mazapanes a ‘mazarse’ con las pesas del gimnasio

Los coruñeses pasan de los mazapanes a ‘mazarse’ con las pesas del gimnasio
Varios clientes se ejercitan en el Xerion Training Club de Pocomaco | Patricia G. Fraga

Similar a una resaca de Año Nuevo, pero con una pesada losa de kilos encima. Así es el sentimiento de culpa que tradicionalmente provoca el aluvión de altas durante el mes de enero en los gimnasios de la ciudad. No ha sido una excepción 2024, que ha vuelto a dejar uno de los mejores meses del año en el sector. Sin embargo, muchos de los encargados de devolver nuestro cuerpo a su forma original (o ideal) recelan de la fecha de caducidad de esos propósitos e intentarán trabajar en el más difícil de los ejercicios: inculcar y forjar a fuego el hábito. 


Hace tiempo que los gimnasios han dejado de ser un club selecto como el que define Leo Harlem en sus monólogos. Se han convertido sobre todo en espacios multidisciplinares en los que el cliente elige entre multitud de opciones. No nos adaptamos a las mancuernas, sino que el empresario ha conseguido diseñar una oferta prácticamente para cada tipo de necesidad.

 

Municipal

Por ejemplo, después de décadas de espera, los vecinos de O Castrillón acudieron en masa al Complejo Deportivo, donde los abonados se cuentan por miles. Sin embargo, y a pesar de estar al límite de su capacidad, los monitores del gimnasio perciben una tendencia creciente de caras nuevas. “Se nota que los usuarios aumentan y vienen con propósitos de Año Nuevo para bajar todo lo que se han pasado en navidades”, dice Alejandro, uno de los profesionales del centro. “Por desgracia, la mayoría se apuntan por impulso y no logran esa adherencia al ejercicio, por lo que abandonan pronto. Es un proceso lento, que requiere de sacrificio y que no se debería hacer por épocas, sino como estilo de vida”, añade.


Rebajar kilos es la petición más habitual con la que tiene que ponerse manos a la obra. “Me dicen que se han propuesto cuidarse”, bromea el monitor.

 

Nuevas formas

Situado en pleno polígono de Pocomaco, Xerion Training Club se ha convertido en uno de los espacios más eclécticos de la ciudad en cuanto a entrenamientos. Aquel que desee retomar la actividad física puede optar por movilidad, trabajo abdominal, sentadillas o clases específicas para mujeres que acaban de dar a luz o pilates. Su responsable, Suso Quintáns, cree que los recién llegados están a tiempo de llegar a verano en buena forma. “Si te pones ahora y lo acompañas con una buena alimentación es posible, aunque los milagros no existen”, advierte. 


Al igual que sus compañeros espera una tendencia alcista en las altas, que se prolongará hasta el próximo mes. “Lo normal es que en enero se venga a probar y luego que el mejor mes sea febrero. Todos son propósitos de Año Nuevo para quemar los excesos de diciembre, aunque nuestro perfil es bastante diverso”, subraya Quintáns, que presume de no haber tenido bajas de socios durante el último año.

 

Entrenamiento personal

Menos optimista se muestra Adrián Terrón, responsable del estudio de entrenamiento personal que lleva su nombre ubicado en Juan Flórez. “La gente joven viene cada vez más estropeada”, dice. “Lo importante no es sacarse los cinco kilos de las navidades, sino los 20 de antes, y el índice de abandono de los que vienen ahora es altísimo”, agrega. 


El entrenador apunta a enero como la tercera fecha más importante del calendario, después de abril y mayo, cuando aumenta el deseo de playa y enseñarnos más. Pero incluso los milagros llevan su tiempo. 

Los coruñeses pasan de los mazapanes a ‘mazarse’ con las pesas del gimnasio

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