Parecen haberse adscrito los coruñeses a eso de que la suerte es para el que la busca, y que si no juegas es imposible ganar. Al menos, así lo detectan los intermediarios entre el ciudadano y los premios, unos loteros cuyo ritmo de venta es mucho más intenso que el año pasado por estas fechas. Y es que, a la hora de apretarse el cinturón, abandonar la Lotería de Navidad no es una opción.
La administración As de Oros de Los Rosales estima en un 15 por ciento el crecimiento en las ventas respecto al mismo periodo de tiempo en 2023. A pesar de que, a lo largo de estos años, ha repartido mucha felicidades en el barrio sigue persiguiendo una asignatura pendiente: dar un premio Gordo lo más repartido posible. “Espero que este año sí, porque es el único premio que no hemos dado y esperamos que la suerte nos sonría”, explica José Gregorio Pardo. “Tenemos anécdotas muy bonitas con los números pero, sobre todo, el hecho de que esté repartido todo entre los vecinos”, añade el lotero, que apunta al 69 y el 13, además del 7 y 5, como las elecciones más habituales de quienes piden números a la carta.
Por otra parte, la Barca de Oro de la plaza de Pontevedra tiene unas sensaciones semejantes a las de Los Rosales. Así, su propietaria, María Josefa Barca, cree que, aunque costó arrancar, los coruñeses se han animado y han confiado sus ilusiones a la lotería de Navidad: “La venta al principio fue un poco lenta, pero finalmente vamos a vender bastante más que el año pasado”. Al igual que su colega del As de Oros, apunta al 13 y el 69 como números predilectos de los clientes, además del 24 como recuerdo del año.
Por otra parte, los loteros también han detectado una querencia por el número 95, debido a una predicción a través de la Inteligencia Artificial que los más supersticiosos han querido seguir. Lo que es seguro es que el día 22 de este mes seguirá siendo el de la ilusión.